Alrededor de 400 personas, según fuentes policiales, dieron ayer su apoyo a los placeros de Pontedeume secundando la movilización que comenzó pasadas las 12.30 horas. La convocatoria se desarrolló sin incidentes. Solo la presencia de algunas pancartas y consignas pidiendo la dimisión del alcalde, Gabriel Torrente, rompieron la normalidad de una protesta que se disolvería minutos después de llegar a las puertas del Ayuntamiento. El sábado saldrán de nuevo a la calle.
Mientras tanto, en el interior del mismo, el gobierno local volvía a dejar clara su postura, en el sentido de no dar un paso atrás con respecto al conflicto que en los últimos días ha llevado a los vendedores a encerrarse en el interior de la plaza de abastos y a los políticos a recurrir a las fuerzas del orden para evitar la entrada de compradores y mercancías en un recinto que, a excepción del lunes, ya está inoperativo a todos los efectos. Con respecto a las identificaciones realizadas tanto en la mañana del lunes como en la del martes, superan las 250, según fuentes policiales. Estas mismas fuentes apuntan que, siguiendo el procedimiento habitual, todas las notificaciones se harán llegar a la Subdelegación del Gobierno para la tramitación de la sanción correspondiente.
En este sentido, se considera probable que la cuantía de la multa pueda alcanzar los 300 euros, al ser considerado como acto de desobediencia el haber hecho caso omiso al precintado de las instalaciones.
Por otra parte, el BNG apoya en todos sus términos las reivindicaciones de los placeros de Pontedeume, incluida la petición para que el gobierno local deje sin efecto las concesiones administrativas de los puestos en tanto en cuanto dure el proceso de la rehabilitación del mercado. Este compromiso se hizo efectivo el pasado martes con la visita de Ana Pontón a los vendedores que desde el pasado sábado permanecen encerrados en el interior de la plaza de abastos. Pontón se reunió con los afectados y estuvo acompañada por los ediles del Bloque en el Concello eumés, Antonio Salvadores y Rocío Souto.
Alternativa Galega de Esquerda, además de apoyar a los placeros en sus reivindicaciones, denuncia la actitud “dictatorial” del alcalde, Gabriel Torrente. En este sentido, Antón Sánchez, que ayer mantuvo una reunión con los afectados, señaló que el regidor municipal en lugar de emplear la vía del diálogo pretende “imponer” un traslado que “pon en risco postos de traballo. n