El Real Oviedo padece de miedo escénico en su propio campo. Allí solo ha ganado dos veces esta campaña, algo que no tiene muy contenta a su afición, y su entrenador ha afirmado esta semana que a sus jugadores hay que exigirles “personalidad” para “jugar en casa como lo hacen fuera”. Para Granero y su grupo, hoy es un día importante por varias razones: Porque es el último encuentro liguero de 2013 en el Carlos Tartiere, porque si pierden se van a alejar un poco del liderato que tanto ansían y, finalmente, porque en solo una semana van a jugar en el campo de su eterno rival, el Molinón, ante su filial, el Sporting B. Y es que, si en el choque de hoy se juegan los puntos, en el del próximo domingo se juegan la “honrilla” y a buen seguro no querrán llegar al mismo derrotados. Para jugar ante el Racing, los “carbayones” tienen bajas, pero siguen componiendo un conjunto con recursos que, incomprensiblemente, ha venido mostrando una imagen muy débil en su casa.
El Racing, por su parte, llega a este mismo escenario precedido de alabanzas del técnico rival, que en la rueda de prensa anterior al partido aseguraba que “este es un conjunto que realmente puede decirse que es un proyecto. Llevan tres años juntos –apunta Granero–, han conseguido un ascenso, juegan de memoria. Es un equipo que se siente a gusto con el balón, pero que también sabe con jugar sin él...” Parece claro que el entrenador se ha molestado en estudiar al grupo racinguista, sabedor de que es capaz de bajar los humos a más de un “histórico”. Y es que los de Aira están muy cómodos ante escuadras que juegan y dejan jugar y, aunque A Malata sea su coto de caza favorito, están en un momento de forma digno de tener en cuenta, con cuatro victorias consecutivas y una escalada en la clasificación que les ha colocado, de hecho, por delante de su rival de esta tarde.
Si el Racing es capaz de superar su propio miedo escénico –el Tartiere tiene una capacidad para más de 30.000 personas y se espera que acudan al encuentro en torno a unas 8.000– y la indudable intensidad con la que su contrincante va a salir al césped, a medida que pasen los minutos, la presión se trasladará a las filas locales, abriendo el choque a todas las posibilidades. Granero ha tenido que introducir novedades en su once con dos sancionados –uno de ellos el central habitual del grupo asturiano– y esta circunstancia podría favorecer a los verdes, que se espera mantengan el bloque que tan buenos resultados está dando en las últimas jornadas. Manu Barreiro, en plena racha anotadora –los dos goles que le metió al Sporting B le han colocado con nueve empatado por el puesto de Pichichi del grupo–, será de nuevo el hombre de referencia en el ataque racinguista.
curioso
Los enfrentamientos entre Oviedo y Racing de Ferrol se han producido en su mayoría cuando ambas formaciones se encontraban en Segunda División o bien en torneos como la Copa del Rey y, de hecho, nunca se han medido en Segunda B. Asimismo, el Racing tuvo que esperar más de medio siglo –el primer duelo se remonta al año 1950– para conseguir ganar en el Tartiere. Fue en la campaña 2002/2003. n