La tensión generada en las últimas semanas en torno a la subvención municipal a la Junta de Cofradías de la Semana Santa y a su cuantía estalló ayer en un pleno municipal bronco e incómodo en el que se escucharon todo tipo de insultos por parte del público hacia el alcalde de Ferrol, Jorge Suárez, y los concejales Suso Basterrechea (FeC) y Beatriz Sestayo (PSOE). “¡Eres de Vigo, traidor!”, “¡Dimisión!”, “¡Mentirosa!” y epítetos de mayor grosor jalonaron las intervenciones del grupo de gobierno y del BNG, con continuas llamadas al orden de Suárez, mientras se aplaudía largamente a la portavoz popular, Martina Aneiros, y a la edila de Ciudadanos, Ana Rodríguez Masafret.
El monumental enfado de los representantes de la Junta y cofrades presentes en el pleno se debió a que FeC, PSOE y BNG votaron en contra de la moción del PP para garantizar que el Concello de Ferrol aporte 75.000 euros para la celebración de la Semana Santa de 2016. El secretario de la Junta, Fernando Iguacel, intervino para pedir el apoyo a todos los grupos para un evento declarado de Interés Turístico Internacional, con gran retorno económico para la ciudad y con un importante valor patrimonial y social. La respuesta del gobierno local fue presentar una enmienda (por parte del PSOE y respaldada por FeC, aunque no se llegó a votar) en la que no se especificaba la aportación municipal pero sí se “garante que a organización da Semana Santa disporá, cando menos, de 75.000 euros procedentes das achegas das distintas administracións” y se “traballará conxuntamente para potenciala como reclamo turístico”.
Desde el gobierno se pidió más respaldo de Diputación y Xunta y Sestayo defendió que mientras ellos buscan el consenso, el PP, con la moción, “busca a ruptura”. Suso Basterrechea (FeC) mostró su “profundo respecto á liberdade relixiosa de cadaquén” y confirmó “a importancia turística e económica da Semana Santa”. Defendió el derecho del gobierno a buscar los máximos recursos de otras administraciones y subrayó que ya se había llegado a un acuerdo al respecto en una reunión con la Junta de Cofradías.
Martina Aneiros (PP) acusó al alcalde de “sectarismo” y afirmó que “pasará a historia” por ser el primero que no apoya la Semana Santa por encima de ideologías partidarias poniendo en riesgo su celebración (y mencionó como ejemplo a Xaime Bello, a Couce Pereiro o a Vicente Iri-sarri). “La Semana Santa ferrolana forma parte de la identidad de esta ciudad”, aseguró. Y expresó además su “tristeza porque nunca pensamos que sería necesario tener que presentar esta moción”. Además exigió, sin conseguirlo, que el Concello aclarase cuál va a ser la aportación económica municipal para disipar la preocupación de las cofradías.
La posición del BNG, defendida por su portavoz, Iván Rivas, es la de negar subvenciones públicas a eventos religiosos y, en cualquier caso, que estas no se den mediante convenios nominales sino en libre concurrencia y con transparencia. Por lo tanto sus dos ediles votaron en contra de la moción popular y recibieron también su ración de abucheos.
Para Ana Rodríguez, de Ciudadanos, la Semana Santa “va impresa en nuestra identidad ferrolana” y respaldó al PP.
El intercambio de reproches entre las bancadas del gobierno y de la oposición llegó a trasladarse también al público. En numerosas ocasiones el gobierno apeló a los miembros de la Junta de Cofradías presentes para que confirmaran que ya en reuniones con ellos se había llegado al acuerdo de garantizar unos ingresos mínimos de 75.000 euros, los mismos que el año pasado, que se buscarán recurriendo también a la Xunta y a la Diputación. El propio alcalde, Jorge Suárez, cerró las intervenciones antes de votar apelando “por encima dos posicionamentos políticos, ás persoas e ós compromisos”. “Eu vexo a César Carreño [presidente de la Junta] e a membros da Xunta de Confrarías cos que temos compromisos firmes. Saben cales son e ímolos manter”, concluyó.
oficialidad
La moción de Ciudadanos para suprimir varios artículos de la ordenanza de Normalización Lingüística (entre ellos el de que el gallego es la lengua oficial del Concello de Ferrol) tuvo el recorrido que se preveía: ninguno, más allá del debate. Ana Rodríguez se quedó sola en su defensa y todos los demás grupos respaldaron una norma que lleva casi dos décadas vigente sin haber generado conflictos. También en este caso el público interrumpió en varias ocasiones las intervenciones (sobre todo las de la concejala Eva Espiñeira, del BNG), y el alcalde llegó a amenazar con desalojar la sala.