El CCS, Centro de Coordinación de Servicios, es el cuartel general de la Policía Portuaria de Ferrol. Son, admiten no sin resignación, el cuerpo más desconocido para la ciudadanía, pero su labor diaria es fundamental para el buen funcionamiento de las actividades marítimas y terrestres de las dársenas ferrolanas.
Sus funciones abarcan tareas de seguridad, gestión, vigilancia, control o fiscalización. Un sinfín de obligaciones que requieren uno de los más avanzados centros de control del país y un total de 40 agentes que adquirieron este rango en 2004, tras la aplicación de las normativas antiterroristas que también obligaron a blindar parte del muelle de Curuxeiras.
Precisamente al fondo de la dársena, cerca del pósito de pescadores, se encuentra el edificio que alberga el CCS, un auténtico “gran hermano” de todo lo que ocurre en el puerto interior y exterior de Ferrol.
La sala cuenta con dos zonas claramente diferencias: una destinada a la gestión del tráfico marítimo y otra a la seguridad y al contro antiterrorista. Para ello cuentan con 54 cámaras de vigilancia, 35 en el puerto exterior –25 de las cuales son móviles 360 grados– y 19 en el muelle interior.
En la primera de estas áreas se hace un exhaustivo seguimiento a todos los barcos con destino a Ferrol que pasan por el corredor del Atlántico. Hasta hace pocos años se podía controlar la posición, el rumbo, la velocidad y otros cuantos parámetros marítimos, pero el nuevo sistema instalado en el puesto base del CCS, llamado DUE (Documento Único de Escala) proporciona un sinfín de información que repercute en la seguridad y en la eficacia del tráfico marítimo.
Este programa, compartido entre Puertos del Estado y Hacienda es capaz de identificar todos los datos del buque. Los agentes conocen ahora con detalle qué tipo carga trae, cuántas toneladas, quién es el consignatario, qué empresa amarradora tiene que realizar el servicio o si está autorizado para entrar en el puerto, algo que depende tanto de la Policía Portuaria como de la Capitanía Marítima.
el puerto exterior
Este no es el único sistema que ha reforzado la seguridad de los puertos de Ferrol en los últimos tiempos. Los controles de acceso a la terminal de Caneliñas cuentan desde hace unos meses con un nuevo escaner para controlar la entrada de contenedores.
Aunque por el momento no existe tráfico de mercancías en el puerto exterior, los protocolos de seguridad están preparados comenzar a recibir próximamente centenares de contenedores diarios. Para ello, se han establecido unas medidas de seguridad contrastadas y que no ralentizan en exceso el proceso de circulación de vehículos.
Además de un arco de metales y un escaner de bultos, al estilo de cualquier aeropuerto, existe un sistema de doble barrera que garantiza que no entre ningún camión con una carga no autorizada. Consiste en la apertura de una primera barrera donde unas camaras realizan una serie de lecturas. La primera de ellas reconoce e identifica la matrícula para ver si es un vehículo autorizado. La segunda cámara lee el código de los contenedores y se verifica que coincide con las previsiones de la terminal de contenedores. Si todo es correcto, una segunda barrera se abrirá y dará acceso a la zona de carga y descarga.
El máximo responsable del cuerpo, Mario Veiga, considera que estas medidas contibuirán a mejorar la seguridad del puerto una vez que comience el gran tráfico de contenedores, uno de los principales puntos de acceso para el mercado ilícito de armas y drogas en todo el mundo.
Ferrol, dice, es un puerto seguro y bien controlado. “No tenemos los medios de otros países, como Estados Unidos, pero somos una de las instalaciones más seguras de la costa Atlántica”. Algo que, sin duda, contribuye a que la ciudad reviva desde el mar.