Desde hace 16 años, Cedeira se convierte en estas fechas en uno de los puntos de referencia para todo aquel que quiera degustar una buena ración de percebes. Junto con la parroquia valdoviñesa de Meirás, la villa marinera celebra este fin de semana su fiesta dedicada al “Rey del Marisco”, una conmemoración que representa “o sentir mariñeiro” de la localidad, frase que también figura como lema en los carteles de este año y que da nombre al proyecto de promoción turística financiado por la UE, a través del Grupo de Acción Costeira A Mariña-Ortegal.
La lluvia respetó ayer la primera jornada de la festividad, que arrancó pasadas las doce del mediodía con el inicio de las degustaciones en el puerto pesquero. La organización estimó repartir durante estos días unas 4.000 raciones y los precios de cada una oscilan entre los 12 euros que cuesta un plato de percebes –un euro menos que el pasado año–, los 10 del pulpo y los 5 del pastelón típico de Cedeira.
La Cofradía de Pescadores, organizadora del evento junto al Concello, cuenta con unos 800 kilos de percebes para distribuir en raciones de 300 gramos. Según los cocineros de tan preciado manjar, el secreto para su elaboración pasa por “fervelos en auga do mar sen loureiro para non disfrazar o sabor do produto”.
Al mismo tiempo que arrancaba la degustación también comenzó a funcionar una de las principales novedades de esta edición, el tren turístico, que acerca a todos los visitantes desde la plaza de Galicia hasta el puerto. La nota musical corrió ayer a cargo de la charanga Santa Compaña al mediodía y por la noche fue el grupo “Os Claretes” los que amenizaron la velada.
La jornada de hoy, que contará con la degustación desde las doce del mediodía hasta las diez de la noche, incluye las actuaciones de Buxainas y la Asociación As Aturuxeiras.
Encuentro motero
La Festa do Percebe coincidió ayer con la segunda edición de la Xuntaza Motera, una iniciativa de la Asociación Casco Vello.
Los participantes realizaron una ruta por la villa en su vehículos y disfrutaron de una comida en la Alameda a base de churrasco. Por la tarde, fueron de paseo hasta la ermita de Herbeira para disfrutar de los acantilados más altos de Europa y .por la noche bailaron al son de Kowloon y Pölisong. l