El campus universitario de Ferrol vivió ayer una mañana de sábado de desbordante actividad. Más de 150 escolares de dentro y fuera de Galicia acudieron con sus profesores y familiares a participar en la First Lego League, una prueba clasificatoria en una competición de robots internacional que se define, precisamente, como mucho más que eso. La conocida marca de juguetes de construcción consigue cada año enganchar a miles de jóvenes de todo el mundo y ofrecer un auténtico alarde de talento tecnológico.
Los nervios y la excitación bullían ayer a primera hora entre los pequeños, que llenaron el salón de actos de Esteiro en la apertura oficial del encuentro. La vicerrectora de Ferrol, Araceli Torres, les dio la bienvenida calificando de emocionante la experiencia de ver “tanto talento, tanto trabajo e inteligencia” reunida y agradeció la implicación de profesores de las escuelas politécnicas del campus y de la Facultad de Informática en la organización del evento. “Todos desearían teneros en sus aulas cuando os llegue la edad de ir a la universidad”.
El ilusionista Martín Varela se encargó de hacer la presentación del First Lego League recordando que es un concurso que “fomenta la vocación científica y tecnológica, la iniciativa, el liderazgo y la capacidad de trabajo en equipo”, entre otras cosas. “Esto es mucho más que un concurso de robots”, dijo, “aquí hemos venido a aprender”. Con este entusiasta mensaje arrancó la presentación de proyectos.
Fueron 14 equipos los participantes en la categoría de escolares de 10 a 16 años. Tres de ellos procedían de Ourense, cinco de Ferrol y el resto de Gijón, A Coruña, Ortigueira, San Sadurniño y Valdoviño. Para participar, todos tuvieron que desarrollar un robot, partiendo del kit de robótica de Lego, y aportar su propia solución para los retos que se planteaban. En esta primera parte del certamen, cada equipo tuvo que presentar su solución y explicarla ante el jurado. A continuación tuvieron que poner a funcionar a su robot y demostrar, sobre la pista de pruebas preparada para esta edición, su capacidad para superar diferentes obstáculos. La puntuación final, sin embargo, no tuvo en cuenta solo estas dos fases, sino también otra que para la competición Lego es importante: los valores. Así, los jueces que siguieron durante toda la mañana de ayer las presentaciones y demostraciones de los chavales tuvieron muy en cuenta su espíritu de colaboración, la integración, la igualdad y otras asignaturas que son importantes en su desarrollo.
Un compendio de todo esto dio el premio Fundación Scientia al equipo del CPI A Xunqueira, de Fene, con su proyecto “Xunqueirorobot”. Este pasará a la final en España, que se celebrará en Tenerife en este mes de marzo. También fueron premiados otros centros de Ferrol y comarca como el CPI Atios de Valdoviño con “Mentes conectadas”, que recibió el galardón al diseño del robot; el IES Ferrol Vello con “Chaxemaja”, premio a los valores FLL; y el CPI San Sadurniño con “Sansabotics”, premio al emprendimiento.
Se concedieron además galardones al comportamiento del robot, al proyecto científico (ambos para el IES Universidad Laboral de Gijón), a las jóvenes promesas (Cuillelme Brown de Pereiro de Aguiar) y al entrenador (colegio internacional Eirís de A Coruña).
Hubo también una demostración más precoz de talento tecnológico. Un total de ocho equipos de niños de entre seis y nueve año participaron en la categoría junior, presentando una maqueta con piezas de Lego en la que debía haber una parte móvil. En este caso, la First Lego League también fue un alarde de creatividad, desde un parque de atracciones hasta un encestador automático de canastas de baloncesto Como los mayores, los pequeños acudieron con camisetas o gorras identificativas de cada equipo y atravesaron una mañana llena de descubrimientos, de emoción y de compañerismo.
El coordinador de la cita, José Antonio Becerra, destacó ayer que es la primera edición que se celebra en el campus pero que en el ánimo de los organizadores es continuar. Prueba del entusiasmo que despertó en su estreno es que se implicaron 40 voluntarios en el desarrollo del concurso, en el que quedó claro que Lego es mucho más que un juego de construcción.