Comunistas da Galiza solo presenta candidatura en dos ciudades: Vigo y Ferrol. Aquí la encabeza Sergio Pena Dopico, un joven con una trayectoria de cuatro años de militancia y de “loita contra a explotación brutal do capitalismo”. Su objetivo se centra en “erguer unha fronte común de xente en situacións semellantes para chegar a un sistema diferente, por que o capitalismo non vale e para que a opresión e a explotación sexan un recordo do pasado”, apunta.  
Pena Dopico reconoce que las condiciones en las que los comunistas desarrollan esta labor son muy difíciles “porque os grandes medios e os grandes partidos lanzan mensaxes á xente encamiñados a meter o medo ao cambio”, pero insiste en la necesidad de realizar un trabajo de pedagogía para conseguir “unha maior organización desde abaixo”. En este camino, señala, “as eleccións son unha batalla máis, como tantas outras”.
El candidato rechaza la validez de proyectos políticos de nuevo cuño “encamiñados a vender o mesmo cun novo marketing e nova estética”. Alude en este sentido a Podemos, cuyas semejanzas programáticas con el PSOE de los 80 reconoció –insiste– el propio Pablo Iglesias. “O cambio non pode vir por riba, dun grupo de intelectuales”, sentencia.
Entre las propuestas del programa de Comunistas da Galiza plantea organizar “consellos de traballadores desde as xuntas de persoal e comités de empresa” y que los propios vecinos puedan reunirse “para falar das condicións de traballo dos seus barrios”.  Un plan de reindustrialización para Ferrol que contemple la recuperación del naval, las energías renovables, la diversificación y la remunicipalización de los servicios privatizados están también entre los planteamientos de esta formación política, al igual que la creación de bolsas de empleo público para el saneamiento de la ría o el sector agropecuario. Los servicios sociales son también un nicho de empleo sin explotar, incide Sergio Pena. Muy crítico con la totalidad de la política desarrollada por el PP al frente del Concello, el candidato indica que “en xeral demostraron ser un goberno como tantos, ao servizo dos grandes centros de poder empresariais”. En materia fiscal critica los beneficios a las empresas y cuestiona también las “medidas represoras” adoptadas en la ordenanza de animales, la política de aparcamientos y transporte y el gasto de dinero público en las estatuas del capuchón y Canalejas, entre otras cosas. n