En las mismas aguas en las que la noche del 8 de diciembre de 1588, hace 425 años, se hundía el mayor navío de la mal llamada Armada Invencible –la gran flota enviada por Felipe II con la intención, fracasada finalmente, de derrotar a los ingleses–, un grupo de buceadores y arqueólogos subcuáticos se sumergen desde el pasado lunes en busca de un objetivo claramente definido: la localización del pecio de aquella nave.

Las prospecciones en la zona que los investigadores han acotado para la búsqueda, la situada entre la playa de Cariño y el Puerto Exterior, han dado ya los primeros frutos: la localización de elementos de hierro, depositados en el fondo del mar, que probablemente correspondan a piezas de artillería, como cañones, del barco.

Todo el trabajo de estudio y documentación llevado a cabo en los últimos cuatro años por el grupo de investigación Arqueopat, adscrito a la Facultad de Historia de la Universidad de Santiago de Compostela, en su afán por recuperar del olvido la historia de este naufragio, hace pensar que, con toda probabilidad, los restos sean de “La Ragazzona”.

Pero para confirmalo, habrá que seguir buscando nuevos elementos que puedan aportar más pistas, principalmente piezas de cerámica o incluso de madera, que son las que mayor valor arqueológico tienen para poder datarlas exactamente y por tanto saber si pertenecían a la colosal nave.

estudio

Con respecto a los cañones, el director técnico de la expedición aseguró que “no podemos concretar la tipología para ver si se corresponden exactamente con la artillería de este tipo de barcos, por lo que esperamos tener más resultados lo antes posible”. Los especialistas estudian también la documentación existente sobre otros pecios de las Costas de Irlanda, ya datados y que también pertenecieron a la Armada Invencible, para recabar mayor información.

En la jornada de hoy concluirán las prospecciones de un proyecto que cuenta con el apoyo de la Unidad de Buceo de la Armada en Ferrol y de la empresa de actividades subacuáticas Argos, sin las cuales no sería posible realizar el proyecto.

Así lo destacó el director técnico del mismo, el investigador del grupo Arqueopat de la Facultad de Historia de la USC David Fernández Abella.

Lo hizo en el marco de la rueda de prensa que ayer ofreció, junto al comandante de la mencionada unidad de buceo, Avelino Ríos, en la Escuela de Especialidades de A Graña. Ríos explicó que la Armada colabora en este proyecto de arqueológico submarino de localización e identificación de los restos de “La Ragazzona” a través de la dotación de medios y personal, como embarcaciones, buzos en caso de ser necesario y siempre bajo la supervisión de un arqueólogo, recarga de botellas o el depósito de los equipos respiratorios en sus instalaciones.

Fernández Abella, que excusó la presencia de los directores científicos del proyecto, los profesores Raquel Casal y Fernando Acuña, se mostró tremendamente satisfecho del trabajo realizado estos días y de los resultados obtenidos hasta el momento a través de la localización de piezas de artillería de las que ya en 1990, tal y como comentó el investigador, se había publicado en alguna noticia de prensa.

catalogación

A pesar de renocer que lo que hasta ahora se ha encontrado no es suficiente para confirmar al cien por cien que los restos son de la Ragazzona y que para ello se requerían nuevas actuaciones, Fernández Abella aseguró que ya se ha cumplido un objetivo importante “con el hallazgo del naufragio y el establecimiento del mismo como un punto de interés arqueológico dentro de la ría de Ferrol”. Un elemento de interés que, según dijo, será incluido como tal en la catalogación de la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta de Galicia lo que, sin duda, ayudará a la futura conservación de los restos.