Recién aterrizada de Senegal, la médico de Urgencias del hospital Arquitecto Marcide Lorena Bembibre trata de poner en orden todo lo vivido y aprendido. Se trata de la segunda vez que viaja al país africano, de la mano de la ONG Ecodesarrollo Gaia, para atender –junto a otros 13 especialistas voluntarios– a pacientes que carecen de recursos económicos para acceder a la sanidad.
“Fue increíble. Incluso mejor que la primera vez porque el año pasado fui con más miedo por la novedad y este lo viví de otra manera, mucho más intenso y sin tanto vértigo porque ya conoces a la gente allí, el sitio...”, comenta la doctora.
El ritmo de trabajo fue “maratoniano” ya que en las dos semanas que estuvieron en la localidad de Yoff-Tonghor, atendieron a un total de 3.581 personas dentro del programa creado por la ONG, “Coruña Cura” que aborda la faceta higiénico-sanitaria y potencia la cooperación norte-sur. “La mayoría de los que fuimos ya teníamos experiencia en proyectos como estos, entonces se trabajó muy bien. Además cambiamos el sistema de recogida de datos y se agilizaron mucho los procesos”, describe Bembibre, al mismo tiempo que destaca la gratitud de los senegaleses.
“La gente allí es fantástica. Te espera de un año a otro para darte las gracias y contarte su evolución y eso me compensó el esfuerzo y las dudas”, asegura. Especial debilidad tuvo la ferrolana con una madre que volvió al centro este año para agradecerle que el pasado le diese una medicación para su hija que no podía pagar. “Los colores de nuestra piel son diferentes pero las lágrimas de nuestros ojos son iguales”, cuenta.
Infecciones en la piel, parásitos intestinales y crisis asmáticas son solo algunas de las enfermedades que trataron los voluntarios de la ONG en Senegal, poniendo especial atención al repunte de sarna ocurrido este año. Además, problemas habituales como la hipertensión o la diabetes, también aparecieron en los pacientes, junto con imprevistos como amputaciones que enseñan “a ser resolutivo”.
Los cooperantes gallegos facilitaron también 644 kilos de medicamentos a la población, entre los que se encontraban analgésicos, antifúngicos, antibióticos, material de curas... Todo esto, gracias a la aportación desinteresada de farmacias y hospitales que donan medicinas para el proyecto de Eco Desarrollo Gaia, así como aportaciones económicas de particulares que facilitan la continuidad del programa.
Una de las cosas con las que tuvo que aprender a lidiar la doctora del Marcide fue la frustracción. “Tienes que ser fuerte emocionalmente y asumir desde el primer momento que no vas a poder resolverlo todo. No cambiamos nada, solo aportamos un granito de arena, pero personifica mucho”, asegura.
La importancia de ayudar, “de cualquier forma”, es fundamental para que las desigualdades sean cada vez más pequeñas. Y como no hay dos sin tres, la ferrolana ya está pensando en su próximo viaje a África para seguir ayudando y aprendiendo. “Un año después todo sigue igual. O peor. Y sin embargo, muchos repetimos. ¿Estaremos locos? Yo creo que somos adictos. Adictos a ser una gota de agua pero esperando llegar a ser la gota que rebose el vaso”, escribe la médico en su blog personal, loenlasnubes.