Un niño de 10 años, entre los afectados por las obligaciones subordinadas

Francisco Javier se quedó pálido cuando a finales del mes pasado abrió la correspondencia y se enteró de que su hijo de 10 años era el titular de obligaciones subordinadas y, por lo tanto, le informaba de las condiciones del canje anunciado por el Fondo de Reestructuración Bancaria Ordenada –FROB–. Inmediatamente bajó a la sucursal de Novagalicia Banco de Caranza y preguntó por la interventora, con quien él y su mujer, Anunciación, habían acordado en 2007 abrir una cuenta para los ahorros de su hijo, que entonces tenía cuatro años y medio.

Sus padres invirtieron sus ahorros pensando que se trataba de Letras del Tesoro


Tras preguntarle qué significaba aquello, la empleada del banco consultó en el ordenador y le confirmó que no había ningún error y que, efectivamente, los 1.800 euros que su hijo tenía ahorrados eran obligaciones subordinadas. “Es como si me hubieran dado un puñetazo”, recuerda Francisco Javier. “Le llamé sinvergüenza y mentirosa”, reconoce, “y ella al principio ni se inmutó, pero al final se echó a llorar”.  Lo que más le dolió a Francisco Javier fue que la empleada del banco era una persona de confianza. “La conocíamos de hace 20 años, pues mis padres también eran clientes de la caja de ahorros”, dice. De hecho, en 2007 fue a hablar con ella para pedirle consejo sobre qué hacer con los ahorros –aproximadamente 1.500 euros– de su hijo. Después de informarle sobre varios productos, acordaron elevar la cantidad en 300 euros para suscribir tres Letras del Tesoro durante cinco años. Transcurrido ese tiempo, Francisco Javier volvió al banco a preguntar qué hacer con ese dinero y la interventora le comunicó que, como había vencido el plazo, se había prorrogado automáticamente hasta 2015. Entonces los padres se despreocuparon, confiando, aseguran, en que todo estaba bien.
Un año después, hace un mes, llegó la carta. Tras ir a ver a la empleada con la que firmaron el contrato, les recibió el director de la sucursal, que les informó de las dos posibilidades que tenían según las condiciones fijadas por el FROB para recuperar el dinero de su hijo: 900 euros en efectivo –la mitad– o 1.600 en acciones de Novagalicia Banco.  
Entonces, Francisco Javier y Anunciación decidieron contactar con Apres Ferrolterra, una de las dos plataformas de afectados por la comercialización de estos productos bancarios. El primer paso que han dado, el 8 de abril, es registrar una reclamación en el departamento de Atención al Cliente, exigiendo la devolución íntegra de los ahorros del niño. Hasta ahora no han recibido ninguna respuesta. n

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