Alonso tiene 26 años. Nació en Argentina. En su juventud fue un chaval normal. “Los problemas empezaron cuando cumplí 13 años”. Dejó de estudiar y empezó a trabajar. “Me empecé a mover en un ambiente diferente, con compañeros mayores. Empecé a beber y a fumar porros”. A los 15 años, dada la situación económica de su país, se vino a España con su padre a probar suerte –posteriormente vendrían su madre y hermanos–.
el taller está promovido por la UTE del penal de teixeiro y la fundación barrié
Comenzó a trabajar en la construcción pero siguió consumiendo. A los 16 años, invitado por un “amigo” probó la cocaína. Y se enganchó. La situación se descontroló. Tres accidentes de coche cuando circulaba sin carnet y bajo los efectos de las drogas –las dos primeras veces tras haberle robado el coche a su padre y a su hermano y la tercera con el vehículo prestado de un amigo cuando ya vivía en A Coruña– lo condujeron al centro penitenciario de Teixeiro donde cumple una condena de año y medio. Le quedan ocho meses y Alonso piensa con gran optimismo en el futuro.
Junto a Alonso, Christian, colombiano de 21 años, relata también sus vivencias a los alumnos de 3º y 4º de ESO y del PCPI del IES Ferrol Vello. “Nací en una familia conflictiva y ya desde pequeño di muchos problemas. Me gustaba bastante pelear, a los 10 años empecé a fumar marihuana y beber alcohol. Llegó un punto en el que mi familia ya no me soportaba y me trajeron para España a ver si cambiaba. Creé una banda, en la que me sentía más a gusto que en mi propia casa, empecé a consumir cocaína y me volví todavía más agresivo. Un fin de semana me pasé con las drogas y el resultado fue mi entrada en prisión”.
taller
Alonso y Christian son dos de los internos de Teixeiro que diariamente acuden a la Unidad Terapéutica Educativa (UTE) que desde 2006 funciona en la prisión y que ayer visitaron el IES Ferrol Vello para acercar, junto a otros compañeros, sus vivencias a los alumnos de 3º y 4º de ESO y PCPI del IES Ferrol Vello y alertarles de los peligros que entraña el consumo de estas sustancias.
los reclusos representaron una obra y acercaron sus vivencias a los estudiantes
Lo hicieron en el marco de una actividad para la prevención del consumo de drogas en adolescentes que la propia UTE promueve desde hace dos cursos académicos gracias al apoyo de la Fundación Barrié.
actividad
El taller, que se desarrolla bajo el lema “Di k non”, se estructura en dos partes. Una primera, la que ayer tuvo lugar en el instituto ferrolano, en la que a través de diferentes actividades –teatro, música, coloquios o proyección de imágenes, entre otras– los reclusos acercan a los jóvenes, a partir de sus propias experiencias, la dura realidad del mundo de las drogas y sus nefastas consecuencias, ayudándoles al mismo tiempo a identificar situaciones y hechos que arrastran a muchos jóvenes a iniciarse en ciertas conductas de riesgo.
Una breve representación teatral sobre un joven de 16 años que sufre un fatal accidente como consecuencia del consumo de drogas, el propio relato de las vivencias de los dos internos, un coloquio con los propios alumnos y una proyección de imágenes para reflexionar sobre el daño que estas adicciones provocan no sólo en el enfermo sino en su entorno, sobre todo la familia, dieron forma al programa desarrollado ayer.
Pero la cosa no quedará ahí. Todavía queda la segunda parte del taller. Consistirá en la visita, la próxima semana, de un grupo de alumnos del instituto a la cárcel de Teixeiro. Allí, de forma voluntaria, podrán experimentar la privación de libertad que se siente en una celda, la misma privación que las drogas provocan en el individuo.
Alonso y Chistian lo vivieron en sus propias carnes y, gracias al programa de la UTE de Teixeiro, están logrando salir adelante. “Ahora me encuentro más lúcido. No soy tan impulsivo como antes y miro al futuro con una actitud positiva”, comentaba ayer Alonso, quien animó a los estudiantes a “ser vosotros mismos, no me gustaría que ninguno se viese en la misma situación por la que pasé yo”. También Christian se muestra positivo y, al mismo tiempo agradecido. “Acepté la ayuda de la UTE, donde nos enseñan a cambiar. Aun sigo teniendo problemas pero sé que algún día lo conseguiré”, comentó el joven.
Los siete protagonistas del taller “Di k non” acudieron a la cita de ayer acompañados por dos técnicos de la UTE, Beatriz de la Torre y Luis Fernández.
La UTE de Teixeiro, integrada por un equipo multidisciplinar, es un proyecto totalmente voluntario para el recluso, que de querer participar tendrá la obligación de retomar los estudios donde los haya abandonado. En el programa han llegado a tomar parte unos 70 internos. El balance de la unidad, en marcha desde 2006, según de la Torre, es “bueno profesionalmente y humanamente mejor”.