“Ser roxo na Navantia do PP volve a ter consecuencias, como as tiña na Bazán de Franco”. Así se expresó ayer Xaquín García Sinde, conocido militante de EU y CCOO y trabajador del astillero ferrolano desde hace más de treinta años, después de que el Centro Nacional de Inteligencia le haya denegado la habilitación de seguridad vetándole con ello el acceso a determinados puestos y tareas dentro de la empresa. El CNI alude al punto 6, apartado “h”, de la Norma NS/02: “Ha demostrado, de obra o palabra, falta de honradez, deslealtad, falta de fiabilidad, no ser de confianza, o indiscreción”.
El afectado relató ayer ante los medios de comunicación, en un acto en el que tuvo el apoyo de representantes de EU, PSOE, BNG y CCOO, que lleva desde 1987 trabajando en el departamento de informática del astillero, donde maneja mucha información pero ninguna sensible desde el punto de vista de la seguridad nacional, y que Navantia le pidió el año pasado que ocupase temporalmente un puesto en una oficina que está en la sala técnica. Por el hecho de estar allí es necesario tener la habilitación del CNI. Xaquín García Sinde la solicitó el 29 de abril, entró a trabajar en la sala técnica el 21 de mayo y el 14 de agosto retornó a su anterior oficina. Su sorpresa fue que en septiembre recibió la denegación.
“Non son deshonrado, non son desleal, rechazo tamén a falta de fiabilidade, de confianza... todo isto é unha abstracción”, señaló el trabajador, que consideró que se trata de una “represalia polas miñas ideas e a miña actividade política e sindical” y rechazó de plano ser un peligro para la seguridad nacional. El afectado encuadró la resolución del CNI en la “deriva autoritaria do PP” y la relacionó con otras causas como la de López Pintos, que se enfrenta a una pena de cárcel de dos años y nueve meses. “Isto é unha absoluta arbitrariedade e un atropelo”, dijo García Sinde, que anunció su intención de recurrir por la vía contencioso-administrativa.
En la rueda de prensa participaron Suso Basterrechea, de EU; Manuel Cendán, del PSOE, e Isabel Gómez, de la sección sindical de CCOO en Navantia Ferrol. Todos coincidieron en señalar que la respuesta del CNI únicamente puede ser una represalia por el activismo de García Sinde y consideraron grave la situación, que en cualquier empresa privada significaría el despido y que en la pública puede representar la imposibilidad del afectado de acceder a puestos y tareas.
García Sinde aludió a que hay más trabajadores en una situación como la suya y los animó a denunciar. n