La Facultad de Humanidades y Documentación, como se llama actualmente, lleva más de 20 años en Ferrol. Pese a quien pese el balance es bastante positivo, lo pueden decir muchos de los alumnos que han pasado por sus aulas. Eso no significa que no haya habido fallos y dificultades, como ocurre en toda empresa humana. En los últimos tiempos se está haciendo un gran esfuerzo, con bastante éxito por cierto, por superar esas dificultades. Profesores y alumnos, cuyo número en el caso de humanidades no solo no ha decrecido sino que se ha multiplicado, nos hemos comprometido para que la Facultad siga funcionando y siendo un valor en alza para el Campus de Ferrol.
Se trata de una realidad que cualquiera puede venir a constatar y conocer personalmente visitando el Centro, ubicado en uno de los edificios más emblemáticos del Campus de Esteiro, dotado de un equipamiento y un profesorado excelente, abierto a todos y al servicio de todos. Por eso es difícil entender por qué razón es, ha sido y sigue siendo objeto permanente de menosprecio y difamación. El rumor permanente y persistente, pese a su falsedad, de que no tiene alumnos y se va a cerrar no tiene mucha explicación, salvo que alguien por razones difíciles de entender esté intentando que así sea.
No cabe duda de que quienes difunden esos bulos sin informarse adecuadamente hacen daño, no solamente a la Facultad, a los alumnos y a todos los que trabajamos en ella, sino también al Campus y a la Universidad, a Ferrol en definitiva que tiene en sus centros de formación universitaria uno de los mejores activos de futuro. Tampoco resulta fácil salir al paso de esas mentiras malintencionadas, nos encontramos indefensos cuando un día y otro te llegan o se difunden en los medios comentarios negativos sobre tu labor o tu porvenir.
No sé hasta qué punto a algunos les puede satisfacer el mal ajeno, sea por rencor, envidia o simple pesimismo patológico. Lo único que compensa es llegar a la Facultad y ver que tenemos algunos de los grupos de investigación más competentes y activos de la universidad, que nuestros alumnos están entusiasmados con sus estudios, “aunque sean de humanidades”, porque quieren formarse y contribuir a la recuperación cultural y moral de nuestra sociedad, que han fundado una asociación y están siempre disponibles para explicar a los estudiantes de bachillerato lo bueno e interesante que es tener una Facultad como la suya en Ferrol.
También es una satisfacción ver cómo, a pesar de otro de los mitos negativos que se nos atribuyen, muchos de los licenciados y diplomados que han estudiado en la Facultad de Humanidades y Documentación de Ferrol están trabajando y desarrollando una vida profesional satisfactoria. No es solo un problema estadístico, también se trata de algo evaluable y constatable, la formación que se imparte en este tipo de centros es tremendamente útil, no sólo para determinadas salidas profesionales, como la enseñanza o los centros de documentación, archivos y bibliotecas, sino para cualquier actividad para la que se requiera una base humana, cultural e incluso técnica adecuada, que suelen ser casi todas.
Podría hablar de otros muchos aspectos relacionados con la labor universitaria que se desarrolla en la Facultad, como los másteres, las tesis doctorales, los proyectos de investigación o las jornadas científicas, de enorme calidad y altura. También de los alumnos Erasmus que la Facultad envía como estudiantes a universidades extranjeras o de los que hacen prácticas en centros y empresas. Pero todo eso, que está ahí y es accesible a quien realmente lo quiera conocer, debe importar poco a quienes sólo entienden de acoso y derribo de todo aquello que no les importa o beneficia directamente.
No cabe duda de que estamos inmersos en un período de superación de un momento crítico, que en el caso de la Facultad de Humanidades y Documentación conlleva alcanzar la exigencia de un número mínimo de alumnos impuesta por el sistema universitario. Ese número mínimo de alumnos matriculados en primero por primera vez en una titulación de un campus como el de Ferrol habrá de ser de 45 a partir de 2015. Al margen de lo aleatorio que puede resultar la fijación de un determinado número para considerar viable una enseñanza universitaria, singular y enriquecedora, los centros afectados, como es el caso de nuestra Facultad, estamos trabajando para alcanzar esas metas y optimizar los recursos con que contamos: compatibilizamos los grados que ofertamos, ofreceremos dobles titulaciones, estudiaremos fórmulas de enseñanza semipresencial o interuniversitaria; pero desde luego en ningún caso se contempla la posibilidad de cierre o minoración, y mucho menos de titulaciones únicas en el sistema universitario.
Me atrevo a decir que no solamente esto es así, sino que el trabajo y la mejora del número de alumnos en los últimos años, cada vez más cercana a la obligatoria, nos permiten mirar al futuro con optimismo. Esta y no otra es la realidad de la Facultad de Humanidades y Documentación de Ferrol, pese a quien pese y para quien pueda interesar.
Manuel Recuero Astray es
decano de la Facultad de
Humanidades y Documentación