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lunes | 25 noviembre | 2024
Las fiestas de verano con las que Ferrol celebra San Ramón suelen venir siempre acompañadas de polémica porque, como dice el refrán, “nunca llueve a gusto de todos” y, cuando se trata de los ferrolanos, todavía menos. De ahí que cada uno de los gobiernos que han pasado por Armas teman de un modo u otro el momento de presentar la programación, de la que este año llevamos semanas recibiendo diferentes avances por parte del concejal de Festas, Arán López.
Con el objetivo de comprobar si es cierto aquel otro dicho de que “todo tiempo pasado fue mejor”, hemos recurrido un día más a la hemeroteca de 1999 con la idea de revivir aquellos festejos a través de las páginas de Diario de Ferrol. “Comeza a sorrir”, era el lema escogido por el Concello para las fiestas, en las que se invirtieron 38 millones de pesetas y discurrieron del 29 de julio al 8 de agosto, escogiendo unas fechas más tempranas que las actuales.
El jueves 29 fue el dibujante ferrolano Siro López el encargado de pronunciar el pregón en la plaza de Armas a las 22.30 horas, dando paso después al concierto de Víctor Manuel. “Los recuerdos sobre Bazán y el barrio de Esteiro dieron contenido al discurso”, titulaba este periódico al día siguiente para dar cuenta de los “quince minutos” que el pregonero estuvo sobre el escenario, augurando que la ciudad “ten moito que ofrecer a un turismo que busque algo máis ca sol, bocata e litrona” y concluyendo con la canción “Ferrol, Ferrol, donde yo nací” que corearon los presentes.
Sobre el concierto del asturiano, resaltaba la crónica que “supo ganarse al público derrochando simpatía y buenas canciones”. El viernes 30 el programa continuó con el recital de piano de Gleb Yermanov en el Torrente Ballester a las 20.30 y la actuación de Cómplices en Armas a las 23.00 horas, sobre la que se escribió que “hubo una gran afluencia de público, fundamentalmente jóvenes, e interpretaron más de quince temas, muchos de su nuevo trabajo Cousas de Meigas”.
Entre el sábado 31 de julio y el lunes 2 de agosto se programó la “Romaría Internacional” con actuaciones repartidas entre el Torrente y la plaza de Armas. Los ferrolanos pudieron ver y escuchar a las Virtuosas del Violín de Moldavia, al Ballet de la Ópera de Pekín, a la Olympia Brass Band —que hizo doblete— y a la compañía polaca Slask, que puso “un brillante colofón” al evento. Asimismo, en el Cantón de Molíns se podía viajar hasta Cuba con una muestra a cargo de un grupo cubano de animación que se trajo hasta “un taller de fabricación y venta de puros”.
Los niños contaron con un espacio propio, como también ocurre ahora, en el que había planificadas diversas actividades y actuaciones infantiles con la plaza de Amboage llena de hinchables. Además, Ferrol acogió una concentración de Seat 600, que visitó en carabana Mugardos y Ancos para “terminar con una merienda en San Xoán de Esmelle”, y hubo una plataforma para hacer “puenting” en la plaza de Armas, con acceso gratuito.
Dos bandas emergentes por aquel entonces, Amaral y Amparanoia —empezaron su andadura en 1998 y 1997, respectivamente— protagonizaron el concierto de la noche del martes 3 de agosto en Armas “ante 5.000 personas” y al día siguiente se repartieron la jornada la poesía y el folk. Por un lado, el “rapsoda” Bonet San Cler ofreció un recital en el Torrente, y Leilía, Berrogüeto y Os Cempés triunfaron en el parque Reina Sofía.
El jueves 5 de agosto hubo exposición del III Premio de Pintura Eixo Atlántico, teatro con Javier Santos y estaba programado el I Festival Folclórico “Cidade de Ferrol”, que recibió el nombre de “A Repichoca” y pretendía juntar a Terra Meiga, Escos da Terra, Donas e Galáns y el Real Coro Toxos e Froles en el parque, con la presentación de Paula Carballeira; pero la lluvia obligó a aplazarlo e incluso a reubicar las actuaciones de los siguientes días, entre ellas la que Diario de Ferrol calificó como el “concierto estrella”, que no fue otro que el de Carlos Núñez.
El concierto del gaiteiro, que se dio un “baño de masas” ante “12.000 personas” el 6 de agosto, se realizó finalmente en el pabellón cinco del recinto ferial de Punta Arnela. “La masiva asistencia dejó sin contenido algunas protestas que habían arreciado por la tarde por pensarse que la entrada se haría con invitación; sin embargo, esta exigencia inicial del mánager del vigués quedó finalmente convertida en humo”, escribía este periódico. También tuvo que cambiar de ubicación la Verbena del Mantón, programada para el día siguiente, con la música de Marsella, el Trío Nevada y Claudio.
El domingo 8 de agosto fue la última jornada de las Festas de Verán de 1999 con un festival infantil de guiñol y el concierto de Os Diplomáticos de Monte Alto, Víctor Aneiros & Blue Notes y El Último Gato, que también se realizó en Punta Arnela por la lluvia. El concejal de Fiestas, Bernardo Lorenzo Cuétara, resaltaba en el balance que “a programación, a pesares do moito que tivemos que improvisar, atinou nos centros de interese dos ferroláns”.
Finalmente, el 31 de agosto “el Concello rememoró un año más la figura del ilustre marqués de Amboage” y, por la noche, los ferrolanos vieron unos fuegos “muy vanguardistas” en los que se esperaban “sorpresas”, como formas geométricas, que “pasaron desapercibidas para muchos de los espectadores”, decía la crónica, tirando de retranca.
