“Por desgraza, esa minoría que non respeta nada, nin valora aquilo que se fai cos cartos de todos os veciños e veciñas, nin o traballo dos que levan todo o día suando na obra; dana o pavimento de formigón botado hoxe na rúa Camiño Estreito”. Así de contundente se mostraba en las últimas horas el alcalde de Pontedeume, Bernardo Fernández, que calificaba este suceso de “vergoñento”.
Y es que la actuación –que busca entre otras cuestiones mejorar la accesibilidad de las personas con movilidad reducida– se vio afectada por la acción de alguna persona a la que le pareció una buena idea dejar su impronta en el vial. “Resulta desmotivador ver como a pesares de estar pechado o paso, precintado e sinalizado, non se respecta. Éntrase igual na obra pisando e marcando todo o formigón”, añadió el regidor.
Tras este acto vandálico, el Concello se verá obligado a “picar gran parte dese tramo da rúa, co custo que iso representa, para que estes traballos de humanización non sexan unha auténtica chapuza”, lamentó Fernández Piñeiro.
Desde el ejecutivo local advierten –“quero deixar meridianamente claro”, remarcó el regidor– de que en el caso de que se logre identificar a los autores de las pisadas, “faremos todo o posible para que paguen do seu peto os gastos desa reparación”.
Estos trabajos en Camiño Estreito forman parte de un proyecto de renovación de los servicios y el pavimento que afecta también al margen derecho de la Avenida da Coruña. Las tareas, adjudicadas a Electricidad Permuy S.L en agosto de 2024 por 261.416,22 euros, se sufragan entre las arcas municipales y la Diputación.