La música tradicional fue ayer una de las grandes protagonistas, una vez más, del Festival do Río de Castro impulsado desde hace ya casi tres décadas por la Asociación Veciñal O Castelo de Narahío. Con un gran ambiente comenzaba ya al mediodía una cita que evoca la esencia de las romerías campestres y que encontró en el alumnado de las escuelas de música tradicional de San Sadurniño a los mejores músicos para abrir el telón de la fiesta. Los grupos de cantos de taberna, de gaita y cantareiras amenizaron así una sesión vermú que serviría de aperitivo a la comida.

Tras reponer fuerzas, los más pequeños tuvieron ya desde las tres y media de la tarde a su disposición una sesión de juegos a cargo de la firma Sedega, para continuar el programa con el espectáculo familiar con Cé Orquestra Pantasma.

El deporte rural se convertía poco después en el foco de atención con la disputa de las siempres concurridas pruebas del tiro de la cuerda y el tronzador, con equipos que tenían que ser paritarios. La música se apoderaba ya por la noche del escenario con las actuaciones de los grupos participantes en esta edición. Xabier Díaz y Adufeiras de Salitre abrieron la sesión para ceder el testigo a Carapaus para cerrar el festival con Mekánika Rolling Band.