El esfuerzo de toda una semana de competición, tanto dentro como fuera del agua, se notaba en la voz de la más experimentada de las representantes del Club Copacabana en la selección española, Yolanda Hermida, en su regreso a casa. 
 

Esta palista junto con Natalia León –en el cuadro absoluto– y Marta Canosa –sub 21–, tomaron parte con los combinados españoles en un Campeonato del Mundo, dirimido en la localidad francesa de Saint-Omer, en la que los grupos estatales firmaron un gran papel, destacando el bronce con el que Canosa llevó a cabo su debut mundialista. La ferrolana tuvo en su “mentora” Hermida a su portavoz, toda vez que la alegría por el logro alcanzado y los lógicos nervios por haber subido a un podio internacional hacían que no encontrase las palabras adecuadas. “Está muy contenta”, señalaba Hermida en la furgoneta que las traía ayer de regreso, “el Mundial fue mucho más a lo grande de lo que ella se imaginaba, porque estamos acostumbradas a competiciones más humildes, por así decirlo”. 
 

Y, a pesar de esta magnificencia, “supieron manejar a la perfección los nervios”, añadía Hermida, especialmente en relación a un último partido en el que Canosa y sus compañeras tenían a su alcance la tercera posición de la cita. Si bien para ello tenían que superar a nada más y nada menos, que a las anfitrionas francesas. “Tenían a toda la grada en contra, pero salieron tranquilas, parecía que llevaban toda la vida jugando, aunque es un equipo superjoven”, analizaba la ferrolana, “se lo merecían todas, es un ejemplazo de equipo”. Un duelo que la selección española sub 21 ganó por un marcador de 4-1, lo que, además, supuso la primera medalla para este combinado en la historia del kayak polo estatal, y todo ello con la integrante del Copacabana en sus filas. Previamente, el conjunto de Canosa demostró su potencial en la fase de grupos ganando a Polonia, Gran Bretaña y Holanda, mientras que en semifinales cedieron ante una Nueva Zelanda contra la que ya habían perdido en el inicio del campeonato y que, a la postre, fueron las campeonas de la cita al ganar a Alemania (3-2).

Sénior

La otra cara de la moneda en esta ocasión fue para Hermida y León con un combinado absoluto que se merecía más que el séptimo lugar en el que finalmente terminó. “No es acorde con lo que teníamos pensado”, señala Hermida “pero también lo valoramos como un triunfo por habérselo puesto difícil a equipos tan complicados y grandes como Alemania y Francia”. De hecho, estas dos selecciones, con las que compartieron fase de grupos, fueron las encargadas de protagonizar la final, con victoria germana por 2-1. 
 

“Perdimos de un gol con los dos equipos –3-2 ante Francia y 2-1 contra Alemania– y les fue muy complicado ganarnos” en una fase de grupos en la que las españolas supieron reponerse de unos problemas iniciales de planteamiento “pensando más en las rivales que en nosotras y que se arregló en los últimos partidos”. Ya sin opciones de podio, este varapalo pasó factura a Hermida y a sus compañeras en la pelea por el quinto lugar ante Suiza, en un choque "al que llegamos con los ánimos bajos, digiriendo que no íbamos a tener medallas”. Un “bajón” que la selección superó en el encuentro por la séptima posición ante Dinamarca, y en el que se impusieron por 3-2. 
 

“Nos faltó confianza, creérnoslo”, señala Hermida, “y también hablamos mucho de medallas, pero no es nada fácil conseguirlas”. Si bien la ferrolana y sus compañeras, sin haber todavía regresado a casa, ya piensan en el Europeo del próximo año al que “vamos a ir con los dientes apretados. Hay tristeza, pero no desmotivación”, sentencia.