El nuevo oponente de O Parrulo Ferrol es de esos que parece tenerle alergia a los goles –a favor y en contra– , los mismos que la escuadra de la ciudad naval anda buscando para romper su maldición. Y es que el duelo de hoy –19.00 horas–, promete ser un auténtico choque de estilos protagonizado por los locales y el CD Leganés.
Duodécimos en la clasificación, los maestros de ceremonia en esta jornada pueden presumir de un dato de goles encajados a la par que el Unión Ceutí –cuarto en la tabla– y solo superado, por la mínima, por el del ya conocido Levante –sexto–: doce tantos, diez menos que los de un conjunto ferrolano que se encuentra en el extremo opuesto de ese espectro.
Estos últimos visitarán el pabellón La Fortuna, buscando ganarse el favor del lugar a base de permanecer fieles a su idea de juego, contrario al de un rival “bastante diferente a nosotros”, valoraba antes de viajar Gerard Casas. “Creo que no nos tenemos que traicionar y dejar de creer en lo que estamos haciendo. Tenemos que regalar un poco menos si cabe”, planteó el técnico, que además de un partido igualado, espera que el marcador no se quede corto, algo que seguramente buscará el contrincante.
Expresaba algo similar el pívot herculino Gonzalo Santa Cruz, “tenemos datos suficientes como para saber cómo debemos atacar la defensa, pero sí que es cierto que los goles no se pueden entrenar. Las oportunidades las tendremos, como todos los fines de semana”.
Una vez más, a los “parrulos” les tocó arrancar la semana algo cuesta arriba. Como preludio, otro partido firmando solo dos goles y con giro fatal del guion a pocos minutos del final. Pero Santa Cruz habló el viernes de “una semana de trabajo, como siempre”.
De nuevo, el tesón de sus jugadores sorprendía gratamente a Casas. “Lo más importante, que con cada entrenamiento mejoramos, nos exigimos entre todos, individual y colectivamente”, compartió. Reconocía que, “cuando se repiten los sábados se ven fantasmas”, y por ello, “hemos estado trabajando la parte mental, con marcador, con minutos finales y situaciones de presión, para que los chicos poco a poco estén más preparados y que sepamos responder a esos minutos finales".
En una racha complicada y consciente de que es clave en ese sentido para su equipo, el Santa Cruz confía en que “como se suele decir, cuando entra uno, entran todos”.