El otro día recibí la Carabela de Plata como ferrolana que me siento. Fue uno de los días más especiales de mi vida y a su vez hace más complicado el día de hoy. Seis temporadas aquí, desde que llegué a Ferrol, siempre me han tratado como en mi casa y han hecho que me sienta como una ferrolana más. El cariño es mutuo. Solo puedo dar las gracias por el trato exquisito hacia mí.  

Durante estos seis años de travesía, de aventura, son muchas las personas que han sido vitales para que las velas de mi vida llegaran a donde me encuentro. Aquí he encontrado gente cercana, gente que me lo ha dado todo sin pedir nada a cambio, a la que le debo un día como hoy. Un día de dar las gracias pero también de decir adiós o, por lo menos, hasta luego. Sintiéndolo mucho he decidido tomar otro camino que creo que debo hacer.

Atrás dejo a mis “peques” que he ido viendo crecer y que son un orgullo para mí. Que han abarrotado cada sábado las gradas de Esteiro con muchísima ilusión y ver cómo les he transmitido mi pasión por el baloncesto. Es una admiración mutua. Gracias de corazón a ellos y a sus papis.

Dejo a Leopoldo (el presi) y a Mariajo que lo han dado todo por el club y por nosotras. A mi entrenador uno por la confianza depositada en mí desde el minuto uno hasta el último... y porque me ha moldeado para convencerme de que los límites no existen.

A Álex, solo puedo darte gracias por intentar que mejore cada día, por enseñarme tus movimientos al poste y por cada segundo que me has dedicado. Sabes que para mí eres el mejor.

A Sandra, empezamos compartiendo vestuario y has acabado aportándome tu granito de arena.
A fisios y médicos, siempre pendientes de mí cada minuto para que estuviésemos al cien por cien. 
A mis compañeras, mis aliadas, mis guerreras en cada batalla, sin cada una de vosotras esto no habría sido posible. Vosotras os lleváis lo mejor, cada minuto que hemos vivido juntas.

A toda la gente del club (Santi, Manu, etc...), que se han volcado con nosotras y con el proyecto del club todos estos años.

A toda la prensa y medios de comunicación por el trato amable y por el apoyo constante.
Y, sobre todo, a nuestra afición con mayúsculas, que ha logrado que Esteiro se quede pequeño. Porque juntos hemos logrado que Ferrol vuelva a respirar baloncesto. Y no me cabe duda de que así seguirá siendo. 

Yo no soy la que llegué, pero siempre seré Ferrol. Siento irme pero sé que me entenderéis porque sois mi familia... 
Gracias, gracias, gracias. No me cansaré de repetirlo. Ferrol tiene y tendrá siempre un hueco enorme en mi corazón.