Momentos después del choque entre la escuadra verde y el conjunto ovetense, la impresión del preparador local sobre el encuentro coincidía con la sensación general: el partido de la decimoctava jornada bien podría ser el peor de su trayectoria en el club ferrolano. “Sin duda, poco análisis se puede hacer cuando de principio a fin no eres capaz de jugar a fútbol”, resumía Parralo.
Los porqués de lo sucedido en A Malata no los desarrollaba tras el encuentro. “Para mí hoy –por este domingo– es un tema de que nos ha fallado todo, no es solamente sistema o cualquier otra cosa táctica, sino que no hemos tenido esa fuerza para competir”, afirmaba el técnico, “no es que hayamos tenido unos desajustes en ciertas zonas, ha sido todo en líneas generales. Sobre todo, no hemos sido capaces de tener el balón, de jugar hacia adelante”, llegó a matizar.
Con todo, descartaba que lo visto sobre el césped se tratase de un problema de carácter por parte de sus pupilos. “No creo que a nadie intencionadamente le falte la actitud, tendremos que analizar bien que nos ha pasado porque no es normal. No ha sido uno, dos o tres, que a veces puedes estar más desafortunado, sino que hemos sido todos”.
Sobre sí mismo, aunque se mostraba calmado al declarar que “jamás se me pasa por la cabeza rendirme, mientras tenga energía seguiré trabajando y luchando”, reconocía que el desarrollo de los acontecimientos le había dejado especialmente “tocado”, “por la forma en que se ha perdido, que es lo que más duele”. Hasta ahora, con seis derrotas previas en su haber, consideraba que nunca se habían producido “con la imagen que hemos dado” ante el Real Oviedo.
Y a una afición especialmente expresiva durante y tras el partido, le transmitía que “sentimos mucho que las cosas no estén saliendo bien”, de sobra concienciado de que lo que toca es “aceptar las críticas y aguantar lo que haya que aguantar, porque lo de hoy no tiene justificación ninguna”.