El Racing prepara su visita a Córdoba con el peso, y la fuerza para soportarlo, de tener a 20 rivales por encima, con el cierto consuelo de que su rival no se encuentra mucho más ligero en la decimoctava posición y que con un triunfo activarían ese trampolín de esta igualada liga, pasando a una situación mucho más tranquila. 

Si bien, la posición verde en  la tabla tras las seis primera jornadas no es, evidentemente, la que gustaría. “Nosotros queremos ganar, sacar los tres puntos y salir de esa zona baja, que quieras o no, cuando la ves duele”, señala el delantero vasco Eneko Jauregui, autor de dos de los tres tantos con los que cuenta el Racing.

El margen de mejora ferrolano para que este irregular inicio se quede en anécdota es evidente y, de manera más reciente, se pudo ver en la segunda parte en Cádiz o en la primera, e inicio de la segunda, ante el Albacete –”cuando empatamos la sensación era de que íbamos a remontar, a acabar ganando el partido”, señala Jauregi–. 

Ahora falta continuidad y un primer triunfo que dé paso a otros que “te hacen sentir más poderoso y el tema mental te hace hacer cosas diferentes. Tenemos que llegar incluso más al área rival y estoy convencido de que este fin de semana en el Arcángel vamos a sacar los tres puntos y luego va a empezar todo a ir más rodado”.

Giros de guion

Precisamente en Córdoba, en la campaña 17/18, Jauregi llevó a cabo su debut en Segunda, en unos meses que, junto con su etapa en el Amorebieta –con el que ascendió tras unas primeras jornadas “con sensaciones malísimas” y descendió el pasado año con un inicio más o menos cómodo– dan al jugador el conocimiento de que las cosas pueden cambiar totalmente. 

“En Córdoba fue la situación más loca que he podido vivir”, recuerda el de Muxika, “ya que estábamos a catorce puntos de la permanencia en la segunda vuelta y al final la conseguimos”. A pesar de ese, finalmente, buen recuerdo y de la “ilusión” y lo “especial” que será su regreso “yo quiero ganar”, sentencia el futbolista vasco en su regreso con la elástica verde al Nuevo Arcángel. 

Y si, aunque posteriormente recibiendo “un duro golpe”, ante el Albacete los racinguistas se reencontraron con el gol –aunque fuese con un cabezazo del defensa Puric–, otro de los deberes verdes además de esa primera victoria, es el de ponerse por delante en el marcador y “así la presión la tiene el rival para empatar”, señala un Jauregi que conoce a la perfección esta situación. Un “sufrimiento” de la remontada y de unas últimas posiciones que el vasco quiere subsanar cuanto antes tanto en las filas del equipo como en la afición, y todo pasa por creer –y hacer– en el Nuevo Arcángel.