Como uno de los “grandes” de la plantilla racinguista y como defensor, el Pocho Insúa se echa a su espalda la responsabilidad de los errores cometidos en las filas racinguistas en los encuentros que ha disputado desde su llegada a la casa verde. El argentino hace un llamamiento, a todos los jugadores, como él, de más edad, más experimentados, para “hacerse cargo. No hay que mentirse. Hay que poner la cara todos en estos momentos en que hay que hacerse responsable y aceptar la situación para que esto se pueda dar la vuelta, por lo menos con un resultado cuanto antes”, señala.
La falta de contundencia en las dos áreas es el pesado lastre con el que se está encontrando el jugador llegado en el mercado de invierno, con “fallos y detalles que se pagan muy caros, cualquier pequeña desconcentración”, comenta Insúa que ve como primer paso para seguir en la pelea es que “no podemos pensar en salir de esta situación sin lograr una portería a cero y en eso estamos en el debe. Hay que lograr una victoria, tener el arco a cero y, como defensor, aceptar que no estamos bien en esa faceta”. Y los números así lo atestiguan, con catorce goles recibidas en los últimos siete encuentros, que suman casi medio centenar de pesadas dianas en el casillero racinguista.
Y los números también dicen que el Racing sigue vivo y así quiere Insúa que llegue al menos a los últimos cinco o seis encuentros de liga. Esa fase del campeonato a la que “los equipos llegan con desgaste, muchos de la mitad de la tabla que soñaban con playoff se quedan sin nada, se caen emocionalmente y tenemos que aprovechar todo eso”, apunta. “Tu te estás jugando la vida y hacerlo siempre y cuando uno llegue compitiendo. Vamos a pelear por llegar con chances y una buena energía”, añade el defensor.
Una ilusión, una energía que como refresco en el mercado de invierno, el Pocho se ve obligado a trasmitir a sus nuevos compañeros, prácticamente desde el inicio de campaña en una mala dinámica sin final. “Creo que es un deber que tengo al llegar de afuera, tratar de inspirar energía positiva y confianza. Heber, Naïm, yo... intentar levantar al equipo. Hacerle saber al plantel que matemáticamente es posible y que, si bien es difícil, hay chances”, sentencia el canterano del Boca Juniors.
Una plantilla que el argentino ve todavía con ilusión, comparando esta situación con la vivida en otros vestuarios. “He estado en otros en donde se arma conflicto, donde hay pocas ganas, siempre jugadores que se tiran de menos y no quieren entrar” relata el argentino, “acá tenemos pocos lesionados, todos ponen la carne en los entrenos. Todos quieren estar en el partido... De ese lado la energía está”. El defensa también hace el llamamiento a defender el escudo del Racing “su honor, el de la gente del club, la afición, sino también nuestro apellido. El escudo lo llevamos por delante, que es lo más importante, pero detrás está nuestro apellido y hay que tener orgullo”, sentencia.
Insúa vive una situación agridulce en su de momento corta etapa en Ferrol, sintiendo la acogida de ciudad y los hinchas al mismo tiempo que la impotencia y la angustia porque “uno viene acá para ayudar al equipo a salir de la situación y no se está dando. Tengo las mismas ilusiones que cuando llegué, la misma esperanza, pero lo más importante es buscar un resultado”, sentencia.