La privilegiada situación del Intasa San Sadurniño se complica por momentos en una campaña en la que la formación de Parga tenía muy enfilada la senda a una nueva presencia en la fase de ascenso de Superliga. 

Desde su tercera posición, y a la espera la próxima semana de recibir a su inmediato predecesor a sólo un punto, el Arona tinerfeño, los locales tienen que superar hoy primero un derbi ante el Dumbría –18.30 horas, O Conco– al que llegan con unas bajas que afectan a gran parte de su equipo titular y que, desgraciadamente, no van a cambiar en estas últimas jornadas ligueras. 

Con Marcos Blanco retirado por una hernia; Lucas Wünschman, por su operación de rodilla; José Aba, con un esguince; Jaime Caamaño con una rotura en un pie y Pakito muy condicionado por su situación laboral, esta recta final se presenta “jodida, se va a hacer muy cuesta arriba”, señala el técnico Parga, muy afectado por la situación de su equipo y sin posibilidad de incorporar nuevas caras. 

Una mala fortuna que afecta como es lógico al día a día de la formación, incapaz de llevar a cabo unas sesiones de entrenamiento acordes a la categoría y, consecuentemente, su actuación en los partidos. Una circunstancia en la que si bien echan una mano los juveniles “tampoco se les puede condicionar su categoría”. “Hay que sobrevivir, no queda otra, no volverse locos”, apunta un Parga que hace un llamamiento a una fortuna que parece que los ha dejado un poco de lado.