La eumesa June Moreno –AD Judo Ferrolterra– ha encontrado este año la suerte que lleva buscando, a corto plazo, desde el pasado en su primer curso en categoría júnior, y mirando más atrás, desde que comenzó con la práctica de esta disciplina hace unos diez, cuando contaba con ocho y lo apostó todo al judo, colgando las botas de fútbol.
Su medalla de bronce cosechada en la pasada Copa de Europa de Málaga le ha abierto las puertas de un Campeonato del Mundo –le hacían falta dos preseas en citas de este nivel– que se une al billete que ya tenía para el Europeo –cuya clasificación logró con un podio y un diploma–. Una meta deportiva que se une, en estos meses, a otra personal, como es el poder comenzar a cursar sus estudios de Enfermería en Pontevedra –en donde ya residía, si bien en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva–.
-Ha entrado en su segundo año júnior por todo lo alto, Europeo, Mundial... ¿era ese el objetivo?
Este año ha sido un punto de inflexión con respecto al pasado. La verdad es que hemos hecho las mismas competiciones, ido a los mismos sitios... pero las cosas esta vez sí que han salido bien. El año pasado era el primeo y teníamos gente tres años más mayor, y se nota la diferencia. El objetivo entonces era ganar combates y éste sí que teníamos el de clasificarnos al Europeo, conseguir alguna medalla y se agradece que los resultados salgan. Hay que perder mucho, mucho, mucho para empezar a ganar, y a nivel internacional el año pasado sólo gané un combate y este año llevo ya diez. Es un cambio muy drástico pero el trabajo que hemos hecho entre uno y otro siempre ha sido el mismo. Sólo ha cambiado que mejoras, cada vez que entrenas, mejoras, pero la actitud es la misma, la mentalidad es la misma. Siempre se va a ganar a los sitios, aunque sepa uno que es poco probable. La parte de competidora que tenemos no te deja ir a un sitio a participar. Este año sí que se dio ese paso.
-Ha dado ese paso al frente necesario para continuar creciendo...
Sí, el año pasado, el objetivo era más a nivel nacional, conseguir la medalla que tanto andaba buscando y fue un golpe duro el Campeonato de España absoluto, no salió como queríamos, quedamos quintos. Hablando con Alberto –Castro, su entrenador– dijimos que había que seguir trabajando por el mismo camino, que no era cuestión de trabajo, que era de continuar... Te das cuenta de que la suerte hay que ir a buscarla, hay que levantarse todos los días temprano, hay que entrenar todos los días dos veces, comer bien, ir a los sitios, ir y perder a veces, para que después todo eso cuente y al final pase como este año y todo lo que no había salido empiece a salir. Andábamos buscando por lo menos una medalla internacional, meternos ahí y pelear con los mejores. Las cosas están saliendo aún mejor y aprovechar el momento y seguir compitiendo al máximo nivel, a ver a dónde podemos llegar.
-Cuando salió al tatami en Málaga, ¿pensaba en ese billete mundial?
Trato de no pensar en eso, en la clasificación. Sí que sabía que era el objetivo, pero en ninguna competición he intentado ponerme esa presión, de que hay que sacar ese resultado porque si no nos quedamos fuera. Ir combate a combate, ganar y, sobre todo, competir bien, no dejar que los nervios jueguen una mala pasada. En Málaga sí que era consciente y, aunque tratas de no pensar en ello, es algo que está ahí detrás. Sí que en el primer combate, yo pensaba que no –ríe–... pero viendo cómo salí, tenía que estar más nerviosa de lo normal, fue un muy mal primer combate. Pero a partir de ahí, pensé, “a peor no podemos ir” ,y todo fue hacia arriba, me relajé, me quité los nervios y fue todo bien. En el momento en el que saqué la medalla sí que fue cómo “¡guau, lo hemos hecho!”.
-¿Cómo afecta este pase a su planificación de la temporada?
Ahora tengo una convocatoria para el Open de Madrid sénior y voy a hacer otra Copa de Europa júnior en Birmingham para intentar seguir sumando puntos en el ranking, porque cuantos más puntos tengas mejor clasificada vas para los campeonatos. El verano sí que cambia un poco este año, ya que haremos más “training camp”. Supongo que me quedaré en Pontevedra o buscaremos cómo hacer para entrenar bien todo el verano y llegar en buen tono a lo que sería la pretemporada.
Moreno tiene ahora unos días más libres tras unas semanas arrolladoras, en la que su paso por casa, por Pontedeume, ha sido como el de una estrella, fugaz. “A veces voy sólo para coger maletas e irme. El otro día antes de Málaga cogí un bus después de entrenar a la noche, hice la maleta y a la mañana siguiente ya me estaba yendo al aeropuerto”, comenta la judoka, que añade que “nada mejor que estar en casa, pero después ya tendré tiempo de sobra de hacerlo. Sí que lo hecho de menos, pero que tampoco tengo tanto tiempo como para pensarlo”, confiesa la deportista, que buscará ya en otoño una buena actuación en Europeo y Mundial y su relax eumés.
Para la AD Ferrolterra, club en el que forma la eumesa Moreno, la postpandemia supuso el punto clave para su eclosión de cara a llegar a las 350 licencias con las que actualmente cuenta, así como su cambio de instalaciones de Ferrol a Narón, situándose en la actualidad en el polígono de A Gándara.
La entidad local –que, con gran éxito, también da clases de defensa personal para la mujer– se sostiene sobre una gran cantera que conforma más del “60 por ciento del total” de las citadas licencias, como señala su dirigente, entrenador y seleccionador gallego de base, Alberto Castro, “son niñas y niños de entre tres y doce años” que no solo acuden a estas instalaciones, ya que la entidad imparte asimismo clase en Fene, Pontedeume y Cabanas y en los centros educativos del Sagrado Corazón Mercedarias y Castro Baxoi de Miño. Una pasión por el judo que a Castro le gustaría ampliar a otros concellos de la comarca, si bien para esa expansión haría falta aumentar la cifra de tres Maestros Nacionales, un entrenador y dos monitores con los que actualmente cuenta, ya que en gran parte de los centros los horarios de las clases suelen coincidir.
Un crecimiento que no sólo se da en cifras en los últimos tres años, sino también en resultados y que llevan los nombres de, por ejemplo, además de June Moreno, del cadete Mario Tenreiro –ahora también en Pontevedra en el CGTD– o del infantil Hugo López, además de “un grupo de niñas alevin que también prometen”, señala Castro. Asimismo, para mantener ese trabajo de promoción desde la entidad señalan la imperiosa necesidad de muchos más apoyos e implicación de las instituciones que, en muchos casos, olvidan esta es tipo de disciplinas menos mediáticas.