Al Club de Remo Ares se le agota la vida en la Eusko Label  Liga tras la primera de las dos regatas que se disputan en Zarautz este fin de semana. La “Santa Olalla”, que volvía a la competición tras el “descanso” de la jornada pasada, finalizó en la última posición de la clasificación global tras perder 47 segundos con el ganador de su tanda, Ondarroa, que se mostró muy superior a sus rivales en esta prueba de mar abierto.

Este resultado reafirma a la tripulación que prepara José Manuel Peláez “Pendo” en el último puesto de la competición, a quince puntos de la undécima plaza que, al menos, daría opción de disputar una promoción por no descender. Parece en este momento imposible que pueda alcanzar a Lekeitio en las tres regatas que quedan. No es matemático, pero solo una hecatombe de sus principales rivales –Lekeitio y Santurtzi– impedirán que Ares regrese a la liga gallega después de tres temporadas consecutivas en la elite del remo español.

La regata, sin embargo, no comenzó mal para la “Santa Olalla”, a la que el sorteo deparó la cuarta calle. Aunque desde el primer momento fue Ondarroa la que marcó el ritmo en una tanda con la marea ya subiendo y con un campo rizado de olas, Ares aguantó y llegó a la primera ciaboga con solo cuatro segundos de desventaja con respecto al líder y a dos de Lekeitio. Por detrás finalizaba Santurtzi el primer largo.

Todo se torció a partir de entonces. Ya en los primeros metros del largo de vuelta al interior, Ares comenzó a hundirse. Cuando aún no se había llegado a su ecuador, la “Santa Olalla” perdía ya 17 segundos y se situaba a la cola de la tanda. A media regata, la diferencia era ya insalvable –26 segundos más que Ondarroa, 21 que Lekeitio y 16 que Santurtzi–.

A partir de ahí, las diferencias fueron creciendo, sobre todo en el último largo, también de vuelta, hasta los finales 47.

Repetición

Ares tiene este mediodía –12.13 horas– la oportunidad de finalizar las regatas vascas –el próximo fin de semana llegan, para acabar la liga, a Galicia– con un mejor resultado. Para ello será fundamental un cambio en el estado anímico de una tripulación que, pese a haberlo intentado de todas las maneras, no ha tenido hasta ahora la suerte necesaria en una competición tan exigente como la Eusko Label Liga. l