Seis jornadas le quedan por disputar al campeonato liguero del grupo 1 y el Somozas, que solo tendrá que jugar cinco partidos –le corresponde descansar en la última– no pierde la esperanza de acabarla en lo más alto y conseguir el ascenso directo a Segunda RFEF. No depende el cuadro verdiblanco de sí mismo para conseguirlo –es el Polvorín el que está en situación de ventaja–, pero es consciente de que cada pinchazo de sus rivales –como el que el Ourense CF sufrió el pasado miércoles ante el Sofán, frente al que empató– aumentará sus posibilidades.

Sabe el Somozas, de todas formas que, si quiere conseguir el título, tiene que poner de su parte en forma de victorias. Y también es consciente de las dificultades que se le presentarán en cada partido, como en el que lo enfrenta al Deportivo Fabril esta tarde –17.00 horas, Manuel Candocia–. Y no porque el rival esté especialmente bien clasificado –ocupa la octava plaza–, sino porque el hecho de ser un filial le hace tener un mayor ritmo a la hora de jugar, además de ser el equipo que menos goles ha encajado.

Recuerdo

Al Somozas, además, lo mueve para el partido de hoy el recuerdo del de la primera vuelta, en el que encajó una de sus derrotas más contundentes de la competición (3-0) a pesar de llevar a cabo un buen partido. Sin embargo, la velocidad de su rival en las transiciones resultó clave en un resultado que se dibujó en el tramo final y que la escuadra que dirige Marco Roca quiere vengar, a pesar de que el técnico es consciente de que el filial deportivista es uno de estos rivales que le resultan complicados al Somozas por la forma que tiene de jugar.

Disponer de toda la plantilla –salvo el portero Aitor Embela, convocado con la selección nacional de Guinea Ecuatorial– ha hecho que la calidad del trabajo que realiza el cuadro verdiblanco haya mejorado. Es lo que el Somozas espera trasladar al terreno de juego a partir de esta tarde para recordar su candidatura a luchar por el título. Este sería el premio que la escuadra de Ferrolterra espera acabar consiguiendo en una competición tan igualada en la que, a la vista de la experiencia, no se puede dar nada por supuesto.