El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, avisa de que este año la supervisión prestará especial atención a la actuación de las entidades en el marco de las medidas aprobadas por el Gobierno para aliviar el impacto de la subida del euríbor en las familias más vulnerables.
Una de las prioridades de la institución es la protección de estos clientes, según explica Hernández de Cos en la Memoria de Supervisión publicada este martes en la que señala que el negocio bancario se basa en la confianza, que se consigue no solo con solidez patrimonial sino también con un comportamiento correcto y un servicio de calidad.
Fuentes del supervisor recuerdan que el Gobierno consensuó con la banca una batería de medidas para aliviar la carga hipotecaria de las familias más vulnerables, lo que supuso la aprobación de un nuevo Código de Buenas Prácticas que entró en vigor este año y al que unas 15.000 personas habían pedido acogerse hasta principios de marzo.
En el Banco de España creen que esta cifra es "marginalísima", pero argumentan que se debe al propio tiempo que tardan las hipotecas en actualizarse a la subida del euríbor, entre un año y 18 meses. De hecho, añaden, hasta septiembre-octubre del año pasado los préstamos no empezaron a reflejar el nuevo entorno de tipos de interés.
UN 60 % DE HIPOTECAS PENDIENTES DE REVISIÓN
A finales de 2022, el Banco de España calcula que se habían ajustado a los nuevos valores del euríbor un 40 % de las hipotecas variables, por lo que quedaba aún un 60 % de préstamos de este tipo por revisar, con lo que esas familias aun no han sufrido el alza de los tipos de interés.
El impacto será más alto en los préstamos con menos antigüedad, en los que se paga más intereses, y "si da la casualidad" de que esas hipotecas coinciden con las de los hogares más vulnerables, entonces sí habrá más peticiones de los clientes de medidas de alivio para hacer frente a los pagos, han explicado. Y el Banco de España estará pendiente de esta evolución.
Por otro lado, el gobernador también ha insistido en que la prestación de los servicios bancarios debe estar presidida por la transparencia entre las partes y realizarse con medios que eviten exclusiones indebidas en el acceso a productos y servicios bancarios, particularmente en aquellos que tienen un carácter básico.
Precisamente para reforzar la estrategia orientada a garantizar la transparencia y el modelo de banca responsable con la clientela, el Banco de España recuerda que ha creado en su seno la nueva Dirección General de Conducta Financiera y Billetes.
RESISTENCIA DE LA BANCA ESPAÑOLA
El gobernador expone que las tensiones en los mercados financieros tras la caída del Silicon Valey Bank en Estados Unidos y el rescate de Credit Suisse han elevado la incertidumbre, pero considera que las decisiones "rápidas y contundentes" de las autoridades han sido fundamentales para asegurar la estabilidad financiera y restablecer unas condiciones de mercado adecuadas.
Además, insiste en la idea de que el sector bancario español, al igual que el del conjunto de la zona del euro, se enfrenta a este escenario de incertidumbre y a las tensiones más recientes en los mercados con una elevada capacidad de resistencia y con posiciones de capital y de liquidez sólidas.
Esto ha sido el resultado de la reforma regulatoria acordada a escala internacional en la última década, que, en el caso europeo, se ha aplicado a todas las entidades, con independencia de su tamaño, lo que implica que todos los bancos de la región están sujetos a los mismos requerimientos estrictos de capital y de liquidez, ha añadido.
En todo caso, reconoce, persiste un nivel de incertidumbre "extremadamente elevado", con origen en la evolución de la guerra en Ucrania y sus repercusiones económicas, que resultan difíciles de predecir. También las presiones inflacionistas suponen "un elemento genuino de riesgo", ha señalado.
Y una mayor persistencia de la inflación, avisa, obligaría a un endurecimiento mayor de la política monetaria, lo que incrementaría la vulnerabilidad de los agentes —públicos o privados— con una situación económica y financiera menos saneada, e incidiría, en mayor medida de lo anticipado, sobre sus niveles de gasto.
Por otro lado, la incertidumbre del contexto macrofinanciero puede generar un incremento persistente del coste de financiación de las entidades, en un momento en que podrían verse obligadas a elevar sus provisiones ante la menor capacidad de pago de los hogares y empresas cuya renta disponible se haya visto más afectada por la inflación.