La gran mayoría de los portavoces del Senado han avalado este miércoles desde la tribuna del hemiciclo la reforma de la ley del solo sí es sí, que, previsiblemente, quedará en unas horas aprobada de forma definitiva y que ha evidenciado la ruptura del PSOE con varios de sus aliados de investidura.
En la Cámara Alta, donde la reforma ha tenido una tramitación exprés, se han reproducido los argumentos oídos en el Congreso y el PP, apoyo imprescindible para que la reforma vea la luz, ha vuelto a pedir la dimisión de la ministra de Igualdad, Irene Montero, tras la rebaja de un millar de condenas y la excarcelación de un centenar de agresores sexuales.
Unidas Podemos no tiene escaños en el Senado y ello ha evitado un nuevo choque entre los socios de coalición, pero el PSOE ha rechazado de nuevo las enmiendas presentadas por ERC y EH-Bildu, que han considerado que la reforma es un "gran error" y han cargado contra los socialistas por pactar con la derecha por miedo a perder votos.
"Tomar conciencia del error, pedir disculpas por sus efectos, como ha hecho el presidente del Gobierno, y enmendarlo no nos aleja del movimiento feminista", les ha asegurado la senadora socialista Elena Diego, quien ha instado a sus aliados a no arrogarse la representación del movimiento y respetar sus distintas corrientes.
Su compañero José María Oleaga se ha encargado de responder al PP y ha acusado a este partido de atribuirse el éxito de la reforma cuando "saben perfectamente que el acuerdo es técnico" y que solo el grupo socialista ha presentado una propuesta "viable".
Pero los populares están convencidos de que el PSOE solo ha tomado la decisión de modificar la ley cuando ha visto sus efectos electorales, momento en el que ha decidido "copiar" sus propuestas.
Su portavoz, Patricia Rodríguez, ha celebrado que "por fin" llega el día de corregir "el error más escandaloso" de la legislatura, que ha llevado a cifras "escalofriantes" de rebajas de condenas y excarcelaciones, y ha criticado la "soberbia" de Unidas Podemos, con Montero "bien agarradita al sillón del Ministerio".
Frente a los dos grupos mayoritarios, ERC y Bildu han vuelto a defender sin éxito las enmiendas ya rechazadas en el Congreso, en las que se oponen a crear un subtipo agravado en el delito de agresión sexual cuando exista violencia o intimidación.
Idurre Bideguren (Bildu) ha advertido al PSOE de que no es responsable legislar "pensando en el corto plazo que marca la agenda electoral" y ha lamentado que se haya roto la respuesta unitaria de las fuerzas progresistas ante las violencias sexuales.
"Están permitiendo que las mujeres perdamos en dos semanas derechos que hemos tardado décadas e incluso siglos en conseguir", ha advertido la senadora de ERC Sara Bailac, quien ha afeado al PSOE que haya buscado el apoyo del PP para abandonar el modelo del consentimiento y volver al paradigma de que las víctimas tengan que demostrar que se han resistido lo suficiente.
No ha compartido estos argumentos el PNV, cuyo portavoz, Imanol Landa, ha considerado que se trata de una "buena" propuesta desde el punto de vista técnico jurídico que respeta el consentimiento y no toca el sistema de protección integral de las víctimas.
Yolanda Merelo (Vox) ha anunciado que su grupo no formará parte del "blanqueo a esta chapuza legal" y no participará en la votación de la reforma, como hizo en el Congreso.
Por su parte, Miguel Sánchez, de Ciudadanos, ha mostrado el apoyo de su grupo a la propuesta de reforma del PSOE y ha criticado la "rigidez e inmovilidad" de Unidas Podemos y los reproches a los jueces.
También el senador de Més per Mallorca, Vicenç Vidal ha tachado de vergonzoso el "espectáculo" parlamentario, aunque, en su caso, votará en contra de la reforma.
Mientras que desde Geroa Bai Koldo Martínez ha criticado las prisas con las que se ha legislado y modificado la ley "pensando en las urnas", desde UPN, Alberto Catalán ha cargado contra la ministra de Igualdad por su "desprecio" y "chulería".
Asumiendo que no tendrá éxito, la senadora de Junts Maria Teresa Rivero i Segalàs ha defendido las enmiendas de su grupo para dificultar el acceso de los menores a la pornografía con medidas como exigir a las plataformas de porno que verifiquen la edad de sus usuarios o instalar controles parentales en los dispositivos nuevos.