Asociaciones de víctimas, políticos, agentes sociales, ciudadanos y familiares recuerdan este sábado a los 192 fallecidos por la explosión de once bombas colocadas en cuatro trenes de Madrid el 11 de marzo de 2004 por una célula yihadista, que semanas después se inmoló en un piso de Leganés donde murió un agente del GEO.
Los actos de homenaje del decimonoveno aniversario de la mayor acción terrorista en España arrancarán a las nueve de la mañana en la Puerta del Sol junto a la placa que homenajea a los fallecidos, los heridos y a quienes les socorrieron aquel día.
Como todos los años, la asociación 11M Afectados del Terrorismo hará también su homenaje en la estación de Atocha con la participación de los secretarios generales de CCOO y UGT de Madrid y el presidente de la asociación, Eulogio Paz.
Al mediodía, en el Parque de El Retiro, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) recordará la acción terrorista junto a los 191 cipreses y olivos que componen el Bosque del Recuerdo, sobre el que los assitententes depositarán flores y protagonizarán una suelta de globos blancos.
La presidenta de la AVT, Maite Araluce, leerá un manifiesto en defensa de la verdad, la justicia, la memoria y la dignidad en presencia, tal y como han confirmado a la organización, de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, y la delegada del Gobierno, Mercedes González, entre otras autoridades. Asimismo, asistirá el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.
También la Asociación 11M-Afectados del Terrorismo celebrará los habituales actos en los otros puntos en los que estallaron las bombas además de Atocha: calle Téllez, Santa Eugenia y El Pozo.
En total 193 personas de 17 nacionalidades distintas -la española la más numerosa con 143 víctimas- perdieron la vida en los atentados: 34 en el tren que explotó en la estación de Atocha; 63 a su paso por la calle Téllez; 65 en el de la estación del Pozo; 14 en la de Santa Eugenia y 16 en diferentes hospitales, la última de ellas, en 2014, tras permanecer en coma diez años.
A estas se sumó el policía del GEO Francisco Javier Torronteras tres semanas después, el 3 de abril de 2004, como resultado de las heridas sufridas cuando siete miembros del comando yihadista autor de la masacre se suicidaron utilizando los explosivos que almacenaban en un piso de Leganés (Madrid).