Los bolsos de la firma Delvaux son bellos eternos, elegantes y muy refinados. Por supuesto están hechos a mano por artesanos que saben muy bien su oficio, crear joyas perfectas. Su historia se remonta al año 1829, cuando Charles Delvaux crea la casa de marroquinería en Bruselas, lo que la convierte en la más antigua del mundo.
Cada bolso está hecho exclusivamente en los talleres que la firma tiene en Bélgica y Francia. Con un equipo compuesto por maestros, curtidores, patronistas y diseñadores que velan para que cada pieza sea impecable. Todo un ritual transmitido de padres a hijos.
Desde el año 1883 es proveedor oficial de la Casa Real belga así como el secreto mejor guardado de las fashion insiders.
Delvaux trabaja con las mejores pieles de Francia e Italia, que pasan un exhaustivo control de calidad, homogéneas e impecables. La napa es la estrella, pero también las pieles exóticas, como el cocodrilo, el lagarto, la serpiente o el avestruz. Su piel de alta calidad, su silueta, la construcción única y un sistema de cierre específico hacen únicas sus piezas. El interior de cada bolso está pensado como si fuera completamente visible. Su fama y prestigio es su impecable manufactura.
Cada creación está hecha completamente a mano por tres artesanos, un trabajo detallista que puede llevar entre seis y 25 horas dependiendo del modelo.
Delvaux nos revela los cuatro pilares básicos de la firma, construidos a lo largo de casi dos siglos de historia: “El respeto al legado, a la herencia y a su transmisión. Mantener la ética personal y profesional de la compañía. Sentirse responsable de aquello que se lleva haciendo desde 1829. Mirar hacia adelante guardando el pasado y la historia como un tesoro”.
–El modelo Brilliant es el buque insignia de la firma, su modelo más icónico. Diseñado para la exposición mundial que se celebró en Bruselas en el año 1958, el bolso consta de 64 piezas distintas y hoy se continúa haciendo exactamente igual que aquel primer modelo. Cada temporada se reedita con nuevos tamaños, pieles y colores en un inagotable ejercicio de reinvención. El interior de los bolsos se realiza según los mismos cánones de excelencia que el exterior.
–El modelo Le Madame, su icónico Le Maronneir de 1977 de pequeñas proporciones y con un gran cierre central hiper reconocible.
–Modelo Simplissime, modelo Tempete, Givry, Message Ambigú...
La casa Delvaux tiene un departamento técnico y exclusivo, que se ocupa de restaurar y reparar todos los bolsos de sus clientas, alguno con más de 50 años, piezas que envejecen bien. También tiene un departamento que ofrece la posibilidad de personalizar cada uno de sus bolsos escogiendo entre distintos tamaños, colores y customizando pequeños detalles. El made to order es el futuro de las firmas de lujo.
Los Delvaux se heredan de madres a hijas, algo que consiguen muy pocas marcas. Tener vocación de eternidad, crear emoción sin caer en lo convencional ni en el aburrimiento.