El procesionario de la Semana Santa de Ferrol enumera el orden de los cortejos, sus recorridos y algunos de los detalles de las imágenes que los componen; sin embargo, hay muchos más que pueden pasar desapercibidos y conviene tener en cuenta si lo que se busca es disfrutar de la Pasión ferrolana al máximo.
Empezando en esta jornada, Lunes Santo, con un emotivo gesto que hacen los portadores de San Juan cuando ya van de retirada por Real. Al llegar a la altura de la calle Coruña, donde se ubica el colegio que cede la imagen, giran el trono y lo levantan a dos manos para brindar un saludo.
El Martes Santo, serán dos momentos los que hay que tener en cuenta. El primero tendrá como escenario la capilla de la Orden Tercera, puesto que la envergadura de la nueva imagen del Cristo de la Buena Muerte (Jesús Cepeda, 2025) sí permite su salida desde el interior del templo.
Horas, después, a eso de las 22.30 horas, la Virgen de la Esperanza protagoniza una de las recogidas más emotivas de la Semana Santa al despedirse de Ferrol entonando la ya mítica marcha “Una madre no se cansa de esperar”.
El Miércoles Santo nos hace regresar a Ferrol Vello para acompañar al Cristo de los Navegantes, la procesión más popular de todas y que conviene completar en la trasera del paso. No obstante, como se trata de escoger un instante, el recorrido por el interior del Arsenal es obligado.
Se acumula el “chollo” en la misma jornada con otros dos momentos importantes: la retirada de Nuestra Señora de los Cautivos en la capilla mercedaria de Ucha, donde Acotaga entona el “Líbrame” en la despedida, antes de regresar al interior del templo.
Este año también será especial para la Cofradía de las Angustias pues se trata de la primera salida de la nueva imagen de la Virgen de los Desamparados, del imaginero sevillano Rafael Martínez.
En Jueves Santo, otro de los días fuertes de la Pasión, también son varias las estampas a tener en cuenta durante la jornada, empezando por una en la que se anticipan sorpresas. Se trata de la recogida de Nuestro Padre Jesús de la Humildad en el Beso de Judas, la obra de la gaditana Ana Rey que la Merced estrenó el pasado año, pero cuyo cortejo tuvo que verse en versión reducida a causa de la lluvia.
De A Magdalena a Esteiro, la patrona del barrio obrero, la Virgen de las Angustias, saldrá puntual de su santuario, flanqueado por las grúas cigüeña, y con la Unidad de Música del Tercio del Norte poniendo la banda sonora a su subida al trono en otra de las tradicionales estampas ferrolanas.
Tendrán que pasar unas cuantas horas y llegar al filo de las tres de la madrugada para situarse enfrente de la iglesia de Dolores —si es que se encuentra un hueco porque, francamente, es una misión complicada— y presenciar allí el que para muchos se trata de “el momento”, con mayúsculas, de la Semana Grande en la ciudad naval. A esa hora se ven las caras las imágenes del Cristo de la Misericordia y de María Santísima de la Piedad, que se mecen acompasados y se levantan gracias a la destreza de los portadores, con la banda sonora de la Brilat como telón de fondo.
En Viernes Santo son varias las paradas obligatorias para todo buen “capillita”, empezando por el Santo Encuentro. Quizás el lugar más adecuado para ver cómo confluyen en la plaza de Armas los pasos de la Santa Mujer Verónica, San Juan Evangelista, el Nazareno y la Virgen de los Dolores sea la escalera que sube el Palacio Municipal. Eso sí, si el día es soleado, conviene no olvidarse de protegerse con gorras, agua y crema solar para ahorrarse un disgusto.
Ya por la tarde, el epicentro es San Julián. Primero, por la función del Desenclavo que sobrecoge y, además, servirá este año para “jubilar” a la deteriorada imagen secular que protagonizaba el acto hasta ahora.
Después de la escenificación, lo ideal es esperar allí la salida del Santo Entierro. ¿El lugar? El umbral de la puerta de la concatedral, apareciendo la urna poco a poco entre el sonido de las varas contra el suelo.
El último palio de la Semana Santa, el de la Virgen de la Soledad, obliga a caminar en su trasera desde las 22.30 horas, cuando llegue de vuelta a Capitanía, hasta que la imagen baja del trono para entrar de nuevo en la capilla de la Orden Tercera.
Y para ponerle el broche a la intensidad del día de la muerte de Cristo, la recomendación es volver a San Julián para presenciar allí, en el atrio, la salida de Os Caladiños. La Dolorosa y San Juan han estado en el interior del templo desde la recogida del Santo Entierro y desde allí, en completo silencio, emprenden el regreso a casa.
Al día siguiente, Sábado Santo, en las Angustias se recoge el donativo para el Santo Hospital, pero además de contribuir a ello, nadie debería perderse, en torno a las 22.30, al cabildo golpeando con un mazo la puerta del santuario “en visita de caridad”.