Más de 300 personas se han inscrito ya en el proyecto 10.000 Corazones Saludables que lanza la Asociación de Amigos del Corazón, con respaldo de la Comisión Europea (programa HealthyLifestyle4All) y la colaboración del Área Sanitaria, el Concello de Ferrol y Afundación. El reto es conseguir implicar a 10.000 personas, en los próximos cinco años, en un programa de mejora de la salud cardiovascular basado en la intervención en la dieta y la actividad física y en la colaboración ciudadana. A los beneficios evidentes para la salud de esas 10.000 personas se une el aprovechamiento para la investigación, mediante una metodología rigurosa coordinada desde el servicio de Cardiología del CHUF y, a la postre, un conocimiento detallado y riguroso de la salud de los ferrolanos –incluso por barrios y parroquias– y una mayor conciencia por parte de los mismos de su estilo de vida y de sus implicaciones.
“En dos años se supone que ya se consigue una modificación de hábitos y en cinco años se considera que los objetivos están alcanzados”, explica Carlos Piñeiro, médico responsable de Amicor, que ayer presentaba públicamente el programa en la sede de Afundación y con presencia de los colaboradores. Piñeiro, conocedor in situ de proyectos de salud pública que se llevan a cabo en Boston, y sensibilizado con la medicina preventiva, explica los beneficios que tendría un programa de estas características (o el que se llevó a cabo en Narón, con gran seguimiento) aplicado en todo el país. “Podríamos ahorrar sobre 7.000 millones de euros al año en gasto sanitario”, apunta.
Las primeras acciones de estos 10.000 Corazones Saludables echarán a andar en marzo, con la celebración, el día 14, del Día Europeo para Prevención Cardiovascular, o con la Semana Mundial de la Sensibilización sobre la Sal (del 14 al 20 de marzo).
Otra de las acciones a la vista será la puesta en marcha de “La vuelta al mundo en 80 días”, que seguirá el trazado del libro de Julio Verne para hacer un recorrido de 40.000 kilómetros por el planeta al tiempo que se conocen las condiciones de vida de otros países y los riesgos implícitos para el corazón.
El programa se centrará también en los colegios, con los niños como agentes de la salud, motores de un cambio en el estilo de vida que reduzca los riesgos y mejore la salud de la población.
A la vista, objetivos muy concretos: aumentar en un 50% el consumo de frutas y verduras y en un 75% el de pescado; reducir a la mitad el tiempo de exposición a pantallas; bajar en un 90% el consumo de ultraprocesados, de grasas, sal y azúcar; reducir a la mitad el consumo de carne roja y reducir el sedentarismo en un 75%; aumentar la actividad física moderada en un 80%; y reducir la obesidad a la mitad.