Ayer se cumplieron diez días de la riada que arrasó numerosas viviendas de la parroquia de Santa María de Neda; poco más de una semana en la que los afectados han tenido que reconstruir sus vidas, denuncian, con poca o ninguna ayuda de las administraciones.

Así, un grupo de vecinos de la zona que durante la madrugada del pasado día 14 vió como las aguas del río Basteiro, desbordadas por la rotura de un muro de contención, se llevaban por delante todas sus pertenencias, comparecerieron ayer ante los medios para criticar el abandono del gobierno local y autonómico y exigir que se les ayude ante lo crítico de su situación. “Para nosotros lo más urgente ahora mismo es que, a día de hoy, no tenemos ayuda de ningún tipo, tanto por parte del Concello como por el resto de las administraciones, al tiempo que tenemos un río que nadie fue a limpiarlo ni a hacer nada”, denunció Jorge López, uno de los afectados, quien además advierte de que “para la semana empieza la lluvia y la vamos a tener otra vez dentro de nuestras casas”.

Ayudas para lo esencial

En este sentido, López insiste en que muchos de los presentes “lo han perdido todo” y que “nadie se preocupa por nosotros”. Ante esta coyuntura, el vecino, que ejerció de portavoz del colectivo, solicitó a los diferentes gobiernos, como mínimo, que pusieran a disposición del mismo “un cheque de ayuda por familia para adquirir lo esencial”, como ropa, alimentos o electrodomésticos básicos para el día a día. “No pedimos nada de lujos, solo lo esencial para empezar una vida”, sentenció. A este respecto, el portavoz admitió que es verdad que se colocaron contenedores en algunas de las viviendas y que se cedieron deshumidificadores, pero al mismo tiempo afeó que, en el primero de los casos, no se instalaron en todas, y que en el segundo “vinieron a recogerlos al día siguiente”. 

Asimismo, los afectados remitieron al Concello y a Augas de Galicia sendos escritos donde se detallan los problemas de los ríos Belelle y Basteiro –que traen consigo inundaciones periódicas–, solicitando un estudio técnico de las carencias de ambos cauces e intervenciones de urgencia para evitar nuevos incidentes.

Testimonios

Tras la puesta en situación por parte de Jorge López, algunos de los afectados quisieron compartir la coyuntura que atraviesan y expresar su frustración por la falta de ayudas. Es el caso de Mariluz Leal, que lamentó que le quedaron las paredes “limpas de todo” después de que la riada arrasara con sus pertenencias. “Non quedou nada salvo a cociña de leña e o vertedoiro porque é de pedra”, señaló la vecina, apuntando que en su hogar aún se pueden ver las marcas del agua a poco más de 15 centímetros del techo.
Alejandra López, otra habitante del área, relata que en su caso logró salvar los electrodomésticos, pero que el resto –”roupa, mobles, a comida...”– quedó completamente destrozado. “Estou moi afectada, porque claro, vas mercando pero a carteira non da para todo o que perdiches, así que un cheque para cada familia o vexo ben. Algo, polo menos algo, ainda que sexa pouco”, explica.

“Estamos viviendo en nuestras casas de manera lamentable, con las paredes llenas de moho, chorreando agua, con el suelo y los colchones todavía húmedos”, señala María López, también afectada, quien, afirma, no puede costear ni el coste de la leña para calentar su vivienda.