El pasado 8 de junio, la producción de acero en la factoría naronesa de Megasa tuvo que ser paralizada al detectarse una fuente radiactiva en el arco de seguridad de una de las salidas. Tras saltar las alarmas, se activó el conocido como Protocolo de colaboración sobre la vigilancia radiológica de los materiales metálicos, tomando el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) el control de la situación.
 

Así, según detalló ayer el comité de empresa de la factoría, esta semana han comenzado las labores de descontaminación de la planta e inspección del personal potencialmente afectado por haber estado en contacto con el elemento tóxico. Según explicó el presidente del organismo de representación de los empleados, Carlos Bascoy, tanto los trabajos de limpieza como las pruebas radiológicas ya se han iniciado, cumpliéndose con los plazos previstos en el protocolo.
 

Las labores, señaló Bascoy, las está realizando una empresa “certificada por el Consejo de Seguridad Nuclear”, aunque de carácter privado. “Es como si fuera una concesión”, incidió el presidente del comité, aclarando, no obstante, que se trata de personal especialista y “autorizado para realizar estas tareas”.

Actividad en la planta

En cuanto al desarrollo de la actividad en la planta, desde el organismo se señaló que la línea de Laminación continúa activa, al no verse afectada por los valores radiactivos, pero que tanto la producción de acero como el sistema de extracción de humo siguen paralizados. Cabe recordar que, como se señaló la pasada semana, desde el CSN se envió el lunes 12 a un técnico a la planta para evaluar la posibilidad de dar salida a aquellos materiales que no se había visto afectados.
 

Asimismo, el presidente del comité de empresa estima que las labores de limpieza de las áreas potencialmente contaminadas y las pruebas radiológicas se extenderán durante unas dos semanas, por lo que no se espera que se retome la producción durante ese tiempo.

Residuos médicos

Una de las incógnitas que por el momento no se ha aclarado es la procedencia del material radiactivo que provocó la contaminación de la partida de acero.
 

Cuando el CSN dio a conocer la situación, apuntó que el elemento detectado era Cesio-137, un isótopo de este material que no se encuentra en la naturaleza –es decir, que debe ser creado de forma artificial–, usado principalmente con fines médicos. Es por ello que la hipótesis que se maneja por el momento, como apuntó el comité de empresa, es que el material procedería precisamente de residuos provenientes de este sector. Al parecer, aunque se trata de algo inusual por los numerosos controles y medidas de seguridad existentes, en ocasiones entran “en el circuito de la chatarra” esta clase de desechos de maquinaria vieja. Así, se cree que el Cesio-137 podría haber acabado en la fábrica encapsulado en plomo, por lo que no saltaron las alarmas.