La Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao inició el presente 2024 con un regusto agridulce en los labios. Por un lado, las obras del viaducto ferroviario entre Caneliñas y Curuxeiras avanzan sin incidencias y el convenio firmado con la corporación china Arcfox anticipa un nuevo impulso al negocio de la mercancía en contenedores. Por otro, el balance de operaciones del pasado mes de enero, hecho público esta semana, muestra unas cifras muy inferiores a las registradas en el mismo período del año pasado.
Y es que factores como la mala climatología de los últimos meses, la crisis del Mar Rojo y la guerra de Ucrania continúan teniendo un fuerte impacto en las operaciones de las dársenas locales. Así, según el documento de Puertos del Estado, los movimientos portuarios en la ciudad naval y en San Cibrao cayeron un 25,4% respecto al mismo período de 2023, pasando de 830.135 a 619.373 toneladas en el presente ejercicio. Es importante destacar, al mismo tiempo, que los años anteriores, especialmente 2022, fueron muy positivos para el organismo que preside Francisco Barea, por lo que es natural ver una desaceleración en las operaciones. Curiosamente, como se verá más adelante, la tendencia registrada a lo largo del año pasado, con cifras positivas en todas las áreas salvo en los graneles sólidos, parecen haberse invertido el pasado mes de enero, hasta el punto de que este sector, que sigue en horas bajas, logró amortiguar notablemente el descenso en todas las actividades portuarias ferrolanas.
Comenzando por los graneles, los líquidos, que hasta ahora habían experimentado un incremento casi constante –por factores como una mayor apuesta por el gas natural licuado– se desplomaron un 61,2%, pasando de las 458.282 toneladas en enero de 2023 a las 177.899 del mismo período en este año. Cabe destacar que, salvo A Coruña, que cerró el mes con un importante incremento, y Marín, porque no cuenta con esta clase de tráficos, el resto de puertos gallegos de Interés General registraron caídas como la de Ferrol-San Cibrao.
En cuanto a los sólidos, como se mencionó, se constató en el informe un incremento del 54,1% –de 249.197 toneladas a 383.943 –aun a pesar de la crisis de Alcoa, que lleva años arrastrando la que otrora fue la principal área de negocio del Puerto –eso sí, sin contar la caída en los tráficos de carbón por el cierre de Endesa As Pontes–. En este sentido, tan solo Ferrol y Marín cerraron en Galicia el mes con cifras positivas –de hecho 17 de las 28 Autoridades Portuarias despidieron enero con números rojos en los sólidos, con una caída general del 7,3%–.
El área de las mercancías tampoco ha salido bien parada a comienzos del año. A este respecto, el propio Francisco Barea alertaba en una entrevista para este Diario que se está viviendo “una caída generalizada en el comercio y en el consumo a nivel internacional” a la que las dársenas ferrolanas “no son ajenas”.
Así, el informe de Puertos del Estado muestra un descenso del 53,2%, pasando de 121.828 a 57.009 toneladas en el presente ejercicio. En este sentido, Vigo y Vilagarcía lograron iniciar el año con buenas cifras –aunque con un incremento reducido–, frente a Ferrol, Marín y A Coruña, que registraron importantes caídas.
Dentro de esta área, los contenedores sufrieron el mayor revés de todas las actividades del Puerto ferrolano. Del total de mercancías, el 18,2% se corresponden a este segmento –en términos de volumen–, es decir, de las 57.009 toneladas cargadas y descargadas, 10.419 iban transportadas en contenedores. En cuanto al tráfico en sí, el balance constata una caída del 80,9%, pasando de 54.410 toneladas a las ya mencionadas 10.419. Este tráfico, no obstante, se ha visto afectado en todas las Autoridades Portuarias de Galicia salvo en Vilagarcía –donde los contenedores tienen una importante presencia, pero menor que en Ferrol, Marín y Vigo–. En términos de número de unidades, la caída ha sido consistente con el volumen, situándose en el 81,3% –de 5.621 a 1.053 TEUs–.
En cuanto al resto de áreas de actividad, el informe arroja resultados generales negativos, aunque las cifras, por su dimensión, apenas impactan en el resultado final. Así, la pesca pasó de nueve a ocho toneladas (-12,7%) y el avituallamiento de 819 a 514 (-37,2%), mientras que el Ro-Ro –transporte de vehículos– creció un 12,6% respecto a enero de 2023 –de 1.008 a 1.135 toneladas–.