La proximidad de San Valentín no es solo una fecha para hablar del enamoramiento, también puede serlo para lo contrario, para abordar el proceso de separación y cómo afrontarlo. La psicológa Belén Vázquez, del hospital Ribera Juan Cardona, apunta algunas claves para detectar cuándo se necesita acudir a terapia.
“Si hay dificultad para manejar la ira o el rencor en una ruptura sentimental, hay que buscar ayuda profesional”, explica. Hay también otras pistas de que el duelo no sigue un buen camino, por ejemplo “cuando la relación ocupa gran parte de nuestro tiempo, abandonamos actividades agradables que hacíamos antes, empeoramos nuestros niveles de atención y concentración en el ámbito laboral o mostramos irritabilidad y enfado frecuentes y dificultades para gestionar conflictos”.
Belén Vázquez explica que el duelo romántico “es un proceso doloroso, consecuencia de la finalización de una relación personal” y que hay expertos que lo comparan al que se vive con la muerte de un allegado, “ya que implica un proceso de cambio y adaptación a un nuevo escenario”.
En muchas personas esto se vive como “una montaña rusa emocional” en la que aparece la necesidad de pedir explicaciones y respuestas y también fases de recaída con intentos de acercamiento. Emociones como el enfado, la ira, la culpa, la tristeza, la confusión, la soledad, la decepción, la nostalgia o los celos son habituales y no tienen que entenderse como algo negativo. También pueden tener manifestaciones físicas como el cansancio, la angustia, la falta de energía, el insomnio o el llanto. “Suelen diluirse al cabo de un tiempo, a la vez que la persona va elaborando la pérdida, conectando con otras emociones y recibiendo apoyo social y/o familiar”, explica Vázquez.
Uno de los consejos que da la psicóloga del Juan Cardona para superar una ruptura es no idealizar la relación. “Hay que tener presente todos los momentos que se han vivido juntos y no solo aquellos que han sido agrables”, apunta. Recomienda reflexionar y compartir la experiencia con otras personas, para ayudarnos a analizar la experiencia de una forma más objetiva. El apoyo del entorno es importante porque “nos sentimos escuchados y acompañados” y permite hablar de lo que ha sucedido y aceptar las emociones.
Otro consejo es el de cortar el contacto presencial y en redes sociales, aunque se pueda retomar. “Al principio lo más sano para los dos es bloquear la recepción de información dle otro o establecer límites, si el contacto cero no fuese posible o recomendable”.