Hace una semana que en el HULA de Lugo se realizó la primera cesárea acompañada, en ese caso una gestante pudo estar con su pareja durante todo el parto, una intervención programada. De este modo el complejo hospitalario lucense daba cumplimiento al nuevo protocolo que impulsa la Xunta de Galicia para hacer este tipo de partos quirúrgicos más cercanos, fomentando el contacto piel con piel y la lactancia materna, además de contribuir también a que la madre se sienta respaldada en un momento tan delicado e importante como es el nacimiento de un hijo, un acto que afecta a ambos progenitores y que podrán compartir en adelante, siempre que se trate de una cesárea programada en la que las condiciones sean las idóneas.
En este caso concreto, la primera mujer en beneficiarse de esta modalidad de parto quirúrgico fue una mujer sin patologías previas –salvo una lesión de cadera que contravenía un parto vaginal–, estado que la convirtió en la candidata perfecta para este primer parto en el Lucus Augusti, al que seguirán otros.
Cabe destacar que con esta última aplicación del protocolo en Lugo la urbe naval se queda a la cola de las áreas gallegas, pese a que desde el Área Sanitaria apuntan que se está trabajando ya para implantar en breve las cesáreas acompañadas en el Arquitecto Marcide.
Una de las particularidades de este nuevo protocolo que se aplicó en el HULA y en otros centros hospitalarios gallegos es que, a diferencia de lo que acontecía antes, a la madre no la llevan ya a una sala de reanimación, sino que se traslada a una sala de partos, donde pasa unas dos horas monitorizada, lo mismo que ocurría en reanimación, pero con la gran diferencia de que el bebé está en todo momento con su madre. Un cambio muy significativo que favorece ese primer contacto entre el bebé y la progenitora y, con ello, la lactancia materna.
En octubre de 2023, en el Parlamento de Galicia se debatía a instancias del Partido Popular que en los partos por cesárea en hospitales públicos se permitiera a la gestante estar acompañada por alguien de su elección. De hecho, de los 14 que existen solo tres de ellos –O Salnés, Santiago y el materno de A Coruña– disponían de un protocolo especial para este tipo de intervenciones en el parto.
El pasado mes de junio el conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño, inauguraba unas jornadas formativas organizadas por la Axencia Galega de Coñecemento en Saúde (ACIS) sobre la nueva guía de acompañamiento de la mujer y del contacto piel con piel en la cesárea, con la que la Xunta mejora y avanza en el bienestar de la madre durante la atención al embarazo, el parto y también durante el puerperio. El máximo responsable de la sanidad gallega explicaba entonces que el nuevo protocolo ya estaba a disposición del conjunto de los hospitales gallegos, si bien no se aplica en la totalidad, entre ellos el hospital de referencia en la urbe, el Arquitecto Marcide. Con estas pautas, lo que se busca es “homogeneizar y normalizar” los cuidados de las mujeres embarazadas en las siete áreas sanitarias de Galicia.
De este modo, como afirmó entonces el propio Caamaño, el Sergas está saldando “unha débeda histórica coas mulleres galegas e os seus fillos”. En la sanidad privada es habitual que en las cesáreas programadas la gestante pueda estar acompañada por una persona durante todo el proceso de recuperación, contribuyendo así a mejorar su bienestar emocional y, por ende, físico. C. García es una de esas madres que ha poptado por parir en la sanidad privada.
“En mi caso, la cesárea fue programada, resultó muy cómodo y más con mi marido a mi lado en todo momento”, indica.
R.V. recuerda como si fuera ayer el día de su parto, del que han pasado ya un par de años. En su caso lo que inicialmente parecía un alumbramiento normal se convirtió en una odisea. “Tras 24 horas de inducción pasé por todo lo que me habían explicado en las clases de preparación, todo lo que se suponía que ocurría en contadas ocasiones me pasó a mí, y claro, acabamos a carreras por el pasillo para practicar una cesárea de urgencia. Desde luego, no fue el parto soñado”.
Esta vecina de Narón entiende que en casos como el suyo “con una cesárea de urgencia, no era momento de hacer pasar a mi marido. Pero sí que me resultó muy duro verme allí con los brazos en cruz, amarrados, sin tan siquiera poder tocar la carita de mi niña. Solo me la acercaron un poco para que viera que estaba bien, y no la volví a ver hasta el día siguiente por la tarde, un tiempo que se me hizo eterno, me faltaba mi otra mitad, con quien había estado los últimos nueve meses. Yo creo que en eso, hasta en las cesáreas de urgencia, se puede mejorar mucho. Hacer ese trance más cercano y menos duro para la madre, que acaba de parir y no puede tener a su hijo en brazos, y también para el bebé, que tampoco puede conectar con su mamá como la naturaleza indica: aquí se ha de mejorar mucho”, considera R.V.
A la espera de que estas cesáreas acompañadas, que ya son una realidad en las áreas sanitarias gallegas, lleguen también a Ferrolterra, según los datos recogidos por el área de Ginecología y partos del Marcide en el año 2023 fueron 669 los alumbramientos que tuvieron lugar en el hospital de referencia del Área Sanitaria. De estos, 54 fueron cesáreas programadas. Es decir, que de aplicarse este protocolo ya se habrían beneficiado del mismo más de medio centenar de madres, que, sin embargo, debieron dar a luz tras una cesárea que, pese a estar programada a tiempo, se realizó en un ambiente quirúrgico clásico, sin compañía de ningún familiar. A partir de la aplicación del protocolo, el Plan de Parto ya incluirá la presencia del posible acompañante.
Alicia García Cabezón es la responsable del centro Cala, en Ferrol. Esta matrona que pasó más de 15 años trabajando para el Sergas, primero como enfermera y después como matrona, decidió “parir” este proyecto para, como ella indica, “dedicarle a cada mujer el tiempo que realmente necesita; para poder aplicar conocimientos nuevos, como la optimización de posiciones fetales -para los bebés que vienen de nalgas- que en 10 minutos de consulta es imposible hacer bien”, indica.
Alicia ayuda a cientos de mamás en todas las fases del embarazo y puerperio y es una gran conocedora de la realidad del sistema sanitario. Recuerda que Ferrol “está a la cola de Galicia, siendo la única área sanitaria que no aplica las cesáreas acompañadas”. Asimismo, sostiene que, con respecto a ese protocolo de la Xunta, “lo que pedimos, la pelea fundamental que tenemos hoy en día, es que más que ese acompañamiento de una pareja en el momento del parto, que está muy bien, lo fundamental es que se cumpla con ese contacto piel con piel con el bebé que indica la guía y que no se separe a la madre de su hijo como consecuencia de una cesárea”, afirma.
El parto es un momento único que, pese a lo complicado que pueda resultar a veces, formará parte de la historia vital de cualquier madre. Es uno de los momentos más importantes de su vida que también se convierte en un momento de gran vulnerabilidad, en el que se suceden numerosos temores; por la salud propia pero también por la salud de ese nuevo ser que llega al mundo. Cada vez más informadas y, por tanto, más conocedoras de lo que se juegan y de lo que pueden llegar a perder, han ido surgiendo diferentes entidades y asociaciones que llevan años peleando por los derechos de las gestantes antes, durante y después del parto.
Especialmente significativos están siendo los avances en los paritorios, donde no siempre hay que enfrentarse a ese momento final en la soledad de un quirófano, rodeadas de profesionales que asisten a un parto más y no al lado de ese ser querido que acompaña y comparte con la gestante cada uno de los instantes que se viven en una fría sala de quirófanos.