En estos 53 años, los llamados “sucesos” del 10 de marzo de 1972 fueron ampliamente relatados, de forma especial cuando se cumplió medio siglo del asesinato de Amador Rey Rodríguez y Daniel Niebla García en aquella manifestación en la que los trabajadores de Bazán clamaban por el convenio y por el fin de la dictadura.
Sus nombres han quedado escritos en la historia más trágica de Ferrol y también en sus tumbas del cementerio de Catabois, donde fueron enterrados al día siguiente de su fallecimiento a causa de los disparos de la policía franquista. Amador, de 38 años, estaba casado y tenía cuatro hijos. Había nacido en la parroquia de San Mateo de Trasancos y vivía en San Pablo.
Cuando llegó al sanatorio San Javier —actual sede de Abanca en la plaza de España con Galiano—, lo hizo en brazos de sus compañeros, pero ya cadáver, con “herida por arma de fuego con un solo orificio de entrada y salida, de región subclavia de uno a otro costado, atravesando el tórax y perforando el corazón”.
Por su parte, Daniel fue trasladado a A Coruña, con su compañero Pepe Loureiro dándole sangre en la ambulancia, hasta la residencia de la Seguridad Social, donde tampoco pudieron salvarle la vida. Tenía 39 años y estaba casado. En su caso, “sufría heridas muy graves por arma de fuego en la cabeza”.
Amador fue trasladado ese mismo viernes 10 de marzo al depósito del cementerio municipal, donde al día siguiente, a las 9.00 horas, le practicaron la autopsia. Durante la noche no estuvo solo. Un grupo de familiares y amigos lo velaba, acompañados en la oración por uno de los llamados “curas rojos”, Antonio Martínez Aneiros, párroco en aquel momento de San Pablo.
Él mismo contó a Rosa Cal que ofició los entierros y funerales de los dos ese mismo día 11: el de Amador a las 10.00 y el de Daniel a las 17.00 horas. Por ello, se enfrentó a duros interrogatorios de la Policía e incluso estuvo en prisión hasta el 30 de marzo, cuando lo ‘desterraron’ a Sobrado.
Quizás, a la maquinaria franquista lo que más le enfureció no fue la homilía colectiva que se leyó a favor de los trabajadores el domingo 12 de marzo en todas las iglesias de Ferrol, sino que Martínez Aneiros, en el primero de los sepelios, afectado especialmente porque el fallecido era uno de sus feligreses, mandó arrodillarse a todos los que estaban en Catabois, incluidos a los policías, porque “ellos son mártires, y ante los mártires hay que postrarse”.
A ese primer entierro pocos pudieron acudir porque, a pesar de estar abarrotados los alrededores, prohibieron la entrada aunque abrieron la mano en el de Daniel. En ambos, coronas de flores rojas llegadas de La Florista del Castillo.
Los floristas las cargaron en el coche y se pasearon por todo Ferrol para que se viesen antes de enfilar Catabois, lo que les valió el seguimiento policial y la detención por error de Raúl Pillado, hermano de Rafael, que iba al volante con su mujer y al que los agentes, venidos de Valladolid, confundieron con el líder sindical. A Toñita Rey, que estaba con él, la dejaron tirada con su bebé en brazos en la oscuridad del camposanto.
El Día da Clase Obreira Galega está señalado en rojo en el calendario de Ferrol. Desde primera hora de la mañana se suceden las citas, empezando por el acto del Concello en el monumento que recuerda a los asesinados. Será a las 11.00 horas y habrá ofrenda floral.
Una hora más tarde, saldrá de Navantia la manifestación de CCOO y UGT y, en paralelo, la CIG hará su propio recordatorio en la estatua, para manifestarse después, desde las 20.00 horas, con salida de su sede en Esteiro. Una hora antes, a las 19.00, el Ateneo acoge el recital de poesía “10 de Marzo. Poemas como disparos de luz contra o esquecemento”.