La calle San Francisco ya está abierta al tráfico desde el pasado viernes. La apertura del vial ha supuesto cambios con respecto a la fisonomía que presentaba antes del corte para su reurbanización que todavía no han sido aceptados por muchos de los conductores, que han recibido ya sus primeras sanciones.

Con la adaptación a plataforma única de la calle, es decir, con la situación de la calzada de circulación y la acera para peatones al mismo nivel –las aceras era excesivamente estrechas y no permitían el paso ni de carritos ni de personas con movilidad reducida–, se ha prohibido el estacionamiento de vehículos. 
Hasta entonces podían aparcar unos 50 coches a lo largo de la calle, además de unos 23 en el atrio de la iglesia, que ya ha recuperado ese uso de estacionamiento, pese a no ser el propio del espacio. 

Ahora y durante todo el tiempo que han durado las obras se han eliminado estas plazas, pero la facilidad para aparcar sin tener que subirse a una acera ha hecho que los coches invadan zona peatonal tanto en las inmediaciones de la Praza Vella como en el contacto con la Orden Tercera, especialmente.

El viernes por la noche y el sábado por la mañana ya había coches aparcados en ese espacio y la Policía Local tuvo que acudir a sancionar a algún vehículo.
El domingo, día de feria, no eran pocos los conductores que aprovecharon la entrada a la calle desde la Praza Vella para dejar sus coches aparcados en zona dedicada al peatón, pese a la señalización vertical que indica su prohibición.

El Concello estudia la posibilidad de colocar algún tipo de bolardo o separación entre la acera y la calzada rodada para impedir la invasión de los espacios peatonales por los coches.