La energía de las olas, también conocida como energía “undimotriz”, es una forma de energía renovable que aprovecha el movimiento de las ondas del mar para generar electricidad. El término “undimotriz” proviene del latín “unda” (ola) y “motriz” (generador de movimiento). Aunque esta palabra no está reconocida por la Real Academia Española (RAE), se está utilizando comunmente en las últimas décadas.
Este tipo de energía se obtiene mediante dispositivos que capturan la energía cinética y potencial del oleaje. A pesar de que la energía de las olas tiene gran importancia, su desarrollo ha sido lento debido a los desafíos técnicos y económicos existentes.
Uno de los principales inconvenientes de las energías limpias, es su carácter impredecible, lo que a su vez dificulta la generación eléctrica constante y efectiva para satisfacer la demanda energética. Sin embargo, la energía undimotriz destaca por su capacidad para aprovechar el movimiento de las olas, que es generado por el viento a cientos o miles de kilómetros de distancia. Este movimiento se transfiere a la superficie del océano en forma de energía cinética, que puede ser capturada mediante mecanismos armónicos. La generación de energía a partir de las olas es una tecnología comercial poco empleada en comparación con fuentes de energía renovable como la eólica, la hidroeléctrica o la solar. La energía de las olas se puede aprovechar utilizando dispositivos flotantes alejados de la costa, donde las olas tienen más energía.
La fuerza de las olas depende de varios factores, como la velocidad del viento, la superficie del agua, la extensión afectada y la profundidad del mar. La altura de las olas está determinada por la velocidad del viento, la duración del tiempo que sopla, la distancia afectada por el viento y la topografía del fondo marino.
La energía de las olas posee gran potencial debido a su abundancia y a la capacidad de estas para poder desplazarse a grandes distancias sin perder energía. Además, la energía undimotriz supera en densidad energética a la energía eólica y solar. Se estima que su potencia oscila entre 30 y 100 kw por cada metro de frente de ola.
Yoshio Masuda, un general de la marina japonesa, es considerado el padre de la energía de las olas desde que en 1940 desarrolló una boya de navegación autosuficiente que generaba electricidad a partir del movimiento de las olas.
El primer convertidor de energía undimotriz se patentó en Francia en 1799, pero el verdadero desarrollo de esta tecnología comenzó en el último cuarto del siglo XX. Noruega y Escocia son pioneras en esta tecnología, aunque España y Portugal también están investigando esta técnica.
Aunque la energía undimotriz avanza lentamente, ya existen desarrollos importantes. Dos ejemplos de estos prototipos estudiados son el “Pelamis” y el “Penguin”. En España, Galicia, Asturias y la costa cantábrica tienen un gran potencial para la captación de energía undimotriz.
Existen varios tipos de dispositivos de energía undimotriz, clasificados según su distancia de la costa y el principio que utilizan para captar la energía. Algunos dispositivos aprovechan la oscilación directa, como las columnas oscilantes (Penguin) o las boyas de absorción, mientras que otros, como los atenuadores (Pelamis), utilizan movimientos de flexión para generar energía.
La energía de las olas, frente a otras energías limpias, tiene varias ventajas, como su amplia distribución y la capacidad de predicción. Sin embargo, también presenta desafíos, como los altos costes de instalación y mantenimiento.
Aunque es una fuente de energía renovable, se debe estudiar su impacto en el medio ambiente. Los dispositivos de energía undimotriz podrían interactuar con el medio marino y afectar la migración de aves y la mezcla de nutrientes en el agua.
En Galicia, la energía undimotriz sigue siendo un tema de debate, aunque se están realizando esfuerzos para desarrollar esta tecnología. La Xunta creó el Observatorio da Eólica Mariña para investigar la interacción de la energía undimotriz con la actividad pesquera, ya que nuestra comunidad posee gran potencial para generar electricidad a partir de las olas, con potencias medias de entre 40 y 45 kw/m.
En resumen, la energía de las olas es una fuente de energía renovable con un gran potencial, pero su desarrollo ha sido lento debido a desafíos técnicos y económicos. A medida que se realicen más investigaciones y se desarrollen nuevas tecnologías, la energía undimotriz podría convertirse en una importante fuente de energía limpia y sostenible de cara al futuro.
*Raúl Villa Caro es doctor ingeniero naval, oficial de la Armada, capitán de marina mercante, y Secretario de la Fundación Exponav.