La Semana Santa de Ferrol concluyó en la mañana del domingo con la procesión de la Resurrección, un acto que se celebró por primera vez en el año 2004 y que, a punto de cumplir dos décadas, ha conseguido una personalidad propia en el medio de un calendario repleto de significación. Las cofradías de la Merced, la Soledad y las Angustias participan en este Gozoso Encuentro, portando desde sus sedes al Cristo Resucitado, a María Magdalena y a María Santísima de la Luz, que se encuentran en la plaza de la Constitución. Allí ofició la ceremonia, por primera vez, el obispo de la Diócesis, Fernando García Cadiñanos.
Tras el encuentro, la procesión enfila el barrio de A Magdalena en dirección a la Orden Tercera (la imagen de María Santísima de la Luz acompaña durante un tramo y después regresa a la iglesia de las Angustias), con buena parte de los penitentes ya con la cabeza descubierta.
La Junta de Cofradías hará balance en los próximos días de una Semana Santa en la que el tiempo respetó las procesiones y todas pudieron salir sin más dificultades que las provocadas por las obras en las calles de la Iglesia y de San Francisco. Lo que ya se sabe es que la de 2024 planteará nuevos retos y se esperan varios estrenos.
Uno de ellos será la conclusión de la restauración de la iglesia de Dolores, siempre que se cumplan las previsiones, que permitirá a los fieles acceder a su interior y a la cofradía disponer de su sede, cerrada desde febrero de 2017.
La Merced trabaja para poder salir en una nueva procesión el Jueves Santo: Nuestro Padre Jesús de la Humildad en el beso de Judas, un misterio que hasta ahora en Ferrol no existía.
Otras hermandades seguirán avanzando en la restauración de su patrimonio y en el enriquecimiento de los pasos actuales. Desde el Santo Entierro ya se ha adelantado que se rehabilitará el Cristo articulado de la función del Desenclavo, que está en un estado muy delicado, lo que condiciona el desarrollo de este acto.