Al escenario del Auditorio de Ferrol subieron este sábado los equipos ganadores, entre los que se encuentran cinco proyectos de la comarca, de la XI First Lego League –FLL– Galicia, en la que este año también se sumaron concursantes de Asturias, tras una intensa jornada de competición. Entre la Facultade de Humanidades e Documentación, la Escola Politécnica de Enxeñaría de Ferrol –EPEF– y el pabellón de Esteiro, más de 350 participantes de entre 5 y 16 años demostraron sus capacidades en las presentaciones de proyectos, así como en el popular Xogo do Robot.
Los jóvenes concursantes formaron parte de un evento de carácter internacional que los acercó al ámbito universitario al repartirse por todo el Campus Industrial, en un día en el que el tiempo finalmente no defraudó. Como cada año, la temática del concurso cambia y en esta ocasión lleva el subtítulo de “Submerged”, debido al enfoque de las pruebas a todo lo submarino.
“La mayoría son veteranos, hay alguno que incluso lleva las once ediciones”, destaca José Antonio Becerra Permuy, profesor de la EPEF y coordinador del encuentro, sobre los centros inscritos en esta cita que ya se ha convertido en ineludible. Los participantes se dividen en las categorías de edad Discover (de 5 a 6 años), Explore (de 6 a 9) y Challenge (de 10 a 16 años).
Entre estas secciones se entregaron trece galardones en total, de los cuales cinco se quedan en la comarca, cuatro de ellos en centros de Narón: IES As Telleiras (con su proyecto “Ctrl+T”) recibió el Primer Premio Concello de Ferrol aos Valores First; e-makers Lab (“The Electrics”), Premio .GAL ás Novas Promesas; y Gazapo Xestión SL obtuvo dos distintos, Premio Gabadi á Excelencia en Enxeñaría para “Sea Savers” y el reconocimiento al Compañeirismo para “Os Muxes”. A estos equipos se suma “Os robots do pazo”, del IES de Fene, que recogió el Segundo Premio ICOIIG ao Proxecto de Innovación.
Los integrantes de este último grupo son unos de tantos entusiastas que ya piensan en prepararse para las siguientes ediciones. Sobre el Xogo do Robot, que se desarrolla en el polideportivo, “cando remata a competición, descansamos un mes ou dous, retomamos e programamos as misións deste ano para así o próximo ter máis coñecementos”, indica Luis Díaz Iglesias.
“Os robots do pazo” también está integrado por su hermano, José Roque Díaz Iglesias, que advierte de que el trabajo presentado “dá a coñecer un sector que podemos atopar un pouco olvidado ou marxinado no momento de pensar no sector primario”. Además, su compañera Lúa Casal Salgado advierte de la intencionalidad de “concienciar á xente mediante a decoración da nosa pasarela do instituto para que saiban da existencia dos mariscadores, que moitos non a coñecen, da importancia que teñen e tamén dos seres mariños que habitan na nosa ría de Ferrol”.
“Es un proyecto educativo muy transversal”, resume José Antonio Becerra, que después de un intenso trabajo de gestión, particularmente en las últimas semanas, ayer se dedicó a la supervisión y solución de los posibles problemas que fueran surgiendo. Normalmente, este responsable se integra en el público “en la final nacional pero este año no va a ser posible”, debido a la elección de esta sede ferrolana para el gran acontecimiento.
Tal como explica el coordinador, se trata de una cita atractiva para los concursantes debido a la robótica y al uso de los productos de Lego, aunque estos elementos tan solo constituyen “el cebo que se le pone a los alumnos”. Dentro de la temática de esta edición, “los participantes tienen que identificar un problema y proponer una solución”, un trabajo que empiezan con el inicio de curso y, al llegar la FLL por estas fechas, se expone en una presentación. Así pues, además de aprender sobre las materias STEM –Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas– también desarrollan sus habilidades interpersonales y de expresión oral.
Una de las pruebas que suelen resultar más atractivas para los alumnos es la competición que se desarrolla en el pabellón de Esteiro. Según explica Adolfo Lamas, jefe de árbitros, los participantes deben superar un total de 15 pruebas, para las que tienen dos minutos y medio. “Os rapaces teñen que deseñar o propio robot, que é como un ordenador ou un microprocesador, e teñen que facer con pezas de Lego o equipamento necesario para as misións”, continúa.
Las normas son las mismas para todo el territorio internacional y se establecen una serie de penalizaciones en consonancia con un concurso como este, “baseado en valores”, detalla Lamas. Así, las puntuaciones se ven influidas por el nivel de participación de los integrantes o trabajo en colectivo, entre otros. Además, tal como señala el jefe de árbitros, el año pasado se enteró de que la First Lego League está más vinculada al Campus de Ferrol de lo que cabría pensar, ya que “a que deseña todas as probas é galega, e de feito é unha antiga alumna que tiña en Deseño Industrial”, que realiza estas tareas “desde Copenhague para todo o mundo”.
Otro de los centros de la comarca que despuntaron en la entrega de premios es la escuela multidisciplinar Gazapo de Narón, que de la misma manera que el IES de Fene es uno de los que repiten anualmente. La adiestradora Lucía Bellas apunta que cumplieron su principal objetivo, ya que, como siempre, resultó una competición “moi divertida”. En pleno proceso de las presentaciones, la responsable advirtió que en esta edición estaban siendo “un pouquiño esixentes coas preguntas, pero vennos xenial porque xa levamos varios anos traendo equipos e cremos que é unha forma de que aprendan e que vaian adaptándose”. En cualquier caso, las contestaciones tuvieron que corresponderse con tal nivel, debido a los dos galardones que obtuvo el centro.
Según el coordinador, “la docencia puede ser muy satisfactoria o muy frustrante”, ya que para que sea “una de las mejores profesiones del mundo”, los profesores tienen que “ver que nuestros alumnos, independientemente del rango de edad del que estemos hablando, aprenden y disfrutan del proceso”.
La First Lego League es un ejemplo de esta clase de recompensa, que es la única que perciben el centenar de voluntarios que trabajan en el evento anualmente. Se trata de todo un mérito, especialmente porque cada uno debe compaginar las distintas gestiones con su trabajo diario, ya sea en la docencia o en proyectos de investigación, y aún realizando una labor no remunerada, estos participantes se esfuerzan porque el resultado “sea lo más profesional posible”.
José Antonio Becerra valora la dedicación de todos los voluntarios, enfatizando en la de los profesores de la educación pública, en los que se acentúa la intención completamente altruista, que realizan únicamente “por su propia iniciativa, porque ven la utilidad educativa del proyecto”.
La idea surge en EEUU hace más de 25 años y en 2014 aterriza en el Campus de Ferrol a raíz de la adquisición de unos robots educativos de Lego, que serían de utilidad en una asignatura de las que se imparten en esta área univesitaria de la UDC. “Este mundo es pequeñito”, explica el coordinador, por lo que, el equipo organizador del evento nacional en aquel momento no tardó en enterarse del interés de la UDC y le presentó el proyecto para valorar si lo podrían llevar a cabo.
A pesar de que la ocupación con las tareas diarias condujeron al hecho de que al principio “no estábamos muy convencidos”, continúa el profesor de la EPEF, casualmente en aquella edición se celebraba uno de los eventos internacionales del certamen en Pamplona. José Antonio Becerra fue uno de los que se animaron a asistir y, al verlo, “nos gustó tanto” que la competición tenía que celebrarse también en Galicia y, en concreto, en el Campus Industrial de Ferrol.