El desplome de parte del muro del santuario de Las Virtudes, en Pontedeume, a causa de la tormenta de la semana pasada dejó al descubierto huesos pertenecientes a seres humanos. Sin embargo, el hallazgo no se hizo evidente hasta ayer por la mañana, debido a que la zona afectada por el corrimiento de piedras y tierra quedó tapada con una lona.
En principio, en el talud se podían ver dos huesos largos, de entre 35 y 40 centímetros, que, sin lugar a dudas, se corrresponden con dos fémures. Uno de ellos se había desprendido, junto con otro hueso redondo, que podría corresponder a una rótula o a la cadera, mientras que otro asomaba entre la tierra del atrio del santuario. La Guardia Civil y la Policía Local de Pontedeume custodiaron el entorno del hallazgo hasta la llegada de dos miembros de la Policía Judicial de la Benemérita, que tomaron las oportunas fotografías del lugar y procedieron a la recogida de los restos.
En la oportuna inspección del escenario se descubrieron más huesos de los que sólo asomaba una pequeña parte, por lo que fue preciso escarbar en la tierra. De este modo, a continuación del lugar en el que estaban los dos fémures aparecieron otros dos huesos que, sin lugar a dudas, corresponden a una tibia y un peroné. La hipótesis que parece más acertada respecto a los enterramientos que quedaron al descubierto es que son anteriores a ese primer cementerio, cuando se utilizaban a tal fin los atrios.