La totalidad de los sindicatos con representación en el grupo Izar exigieron ayer la apertura de un diálogo que garantice la viabilidad de la compañía y que, en consecuencia, el interlocutor sea otro en vez del presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Enrique Martínez Robles.
Esta posición, defendida incluso por UGT –hasta el momento la central que más había insistido en la defensa de las propuestas del Ejecutivo central y que exigió la dimisión de dicho responsable por medio del secretario general de la Federación del Metal, Manuel Fernández ‘Lito’–, se convirtió en el principal grito reivindicativo de la jornada tras constatarse la ruptura de las negociaciones entre las partes.
Sin embargo, la expresión más contundente corrió a cargo, una vez más, de los trabajadores de los astilleros de Sestao y Cádiz, que volvieron a salir a la calle para protagonizar nuevos cortes de tráfico y, como en el caso de la factoría La Naval, con barricadas a las que prendieron fuego. También en Gijón, la plantilla reivindicó un futuro para el centro.
En el astillero de Fene, que tras la decisión de Bruselas de no aceptar la propuesta española, entraría en vías de privatización, la palabra retroceso y, en gran parte, el desaliento generalizado, determinaron las declaraciones del responsable sindical de los trabajadores. Jorge Prieto (CCOO) insistió en que “la SEPI intenta eludir su responsabilidad escudándose en la Unión Europea”.