La factoría ferrolana de Pesquerías y Secaderos de Bacalao de España (Pysbe) es un espacio de memoria industrial que explica también cómo era la vida cotidiana de la ciudad, e incluso la alimentación, desde 1945 hasta la década de los 70. Justino Fernández Negral, que ha rescatado la historia de otros emplazamientos como la Fenya, las cerámicas, las fábricas de curtidos o la Peninsular Maderera, se adentra ahora en la de una compañía mítica.
“Los ferrolanos y ferrolanas con los que comparto la década de los 50 contemplamos la industrialización de esta ciudad”, explicaba ayer en el patio del Torrente Ballester. Allí, ante decenas de personas que llenaban el recinto, presentó un cuidado volumen que edita la Diputación de A Coruña. Su presidente, Valentín González, resaltó la importancia del espacio portuario para la ría, “que lle imprime carácter á cidade” y se refirió a la necesidad de hacer justicia “con varias xeracións de persoas que adicaron a súa vida, o seu cariño e o seu esforzo a unha España que estaba empezando a cambiar”. Para González Formoso, obras como esta contribuyen a “gardar un pedazo de historia para quen queira saber por que Ferrol é así”.
María Carneiro, ex gerente de Urbanismo e impulsora de la publicación, recordó que la factoría “es un trocito de nuestra historia reciente, tiene testigos y aún tiene espacios que siguen ahí”.
Para completar su investigación, además de la documentación histórica, Justino Fernández echó mano de testimonios que ayudan a comprender cómo era la vida en el entorno fabril. “Decimos bacalao y surge un tiempo que por un instante creemos que no ha desaparecido”, evocaba ante su auditorio. “Llevo muchos años intentando dar forma y lenguaje a la historia industrial de esta ría”, explicó.
Decimos bacalao y surge un tiempo que por un instante creemos que no ha desaparecido
Las fábricas desaparecidas “son testigos imprescindibles de nuestra historia y debemos actualizar nuestra memoria; en ella nos reconocemos tal como éramos”. Su interés, en este caso era “entender el vacío que había dejado la Pysbe en el puerto”.
El alcalde, Ángel Mato, añadió en su intervención final que los trabajos de Justino Fernández “lémbrannos que nesta cidade houbo sempre máis industria que a naval”. l