Los profesionales del servicio de socorrismo de Ferrol localizaron esta tarde en la playa de Outeiro, en la parroquia de Doniños, el cadáver de una cría de tiburón azul (prionace glauca). Tras ser informada sobre el hallazgo, la central de playas movilizó hasta el punto a la UMA, que a su vez alertó a la Coordinadora para o Estudo de Mamíferos Mariños (Cemma).

Así, desde la entidad naturalista se explicó que este fenómeno se ha vuelto relativamente común durante los últimos cinco años, avistándose crías de tiburón a lo largo de toda la costa gallega en los meses veraniegos –especialmente de agosto a octubre–. De hecho, la Cemma recordó que esta misma semana se pudieron observar numerosos ejemplares en la zona de Corcubión.

La explicación a estas nuevas conductas, apuntan desde el ente, viene del cambio climático. A parecer, muchas de estas crías de pequeño tamaño –la localizada ayer era de 60 centímetros– tienden a acercarse a la costa para no ser devoradas por sus propios congéneres. Tras unos meses sobreviviendo en aguas poco profundas, los ejemplares alcanzan un tamaño “razoable” –teniendo en cuenta que se trata de escualos de unas dimensiones en general reducidas– y vuelven al mar abierto.