El proyecto de humanización y transformación en bulevar de la avenida de As Pías enfila ya su recta final. Tras cerca de dos años y medio de obras, la que otrora fue la principal vía de acceso a la ciudad naval comienza a mostrar su aspecto definitivo, con todas las rotondas, zonas verdes y puntos de entrada y salida ya perfilados y la iluminación y los servicios instalados.
No obstante, como en toda carrera de fondo el cansancio siempre hace mella en los últimos metros, en este caso en vecinos de los barrios más afectados por los trabajos. Así, el pasado jueves 28 se celebró en la oficina del proyecto situada en la calle Venezuela una reunión con la Dirección General de Carreteras que sirvió para conocer las últimas cuatro fases de los trabajos, pero también las inquietudes de los residentes.
“En la reunión de esta semana me enfadé porque en noviembre de 2022 se nos dijo que se iba a cortar la calle Nueva de Caranza una semana y estuvieron tres meses”, lamenta Natalia Ares, presidenta de la Asociación de Vecinos de Ultramar, señalando que en este último encuentro se anunció una nueva restricción, entre el 2 y el 20 de diciembre, justo “en época prenavideña”. La decisión, apunta, recuerda a la de dos años atrás que afectó notablemente al tejido económico del barrio, que cuenta con un gran número de comercios de proximidad.
“La planificación no está muy bien pensada, porque es la peor época para cerrarnos”, apunta, subrayando su incredulidad ante la fecha marcada para la reapertura temporal de cara a los festejos navideños. En cualquier caso, la representante explica que el próximo día 12, coincidiendo con el inicio del hormigonado de la nueva rotonda que conectará con las glorietas de la Trincheira y el Diapasón, se celebrará una nueva reunión y que si para entonces se ve que realmente se están cumpliendo los plazos “me quedaré tranquila y no habrán faltado a su palabra”.
Más concretas fueron las críticas de la AVV de Caranza, con su presidenta, Mapi Rodríguez, denunciando la falta general de transparencia a lo largo de todo el proyecto y, en esta última fase, un intento de suprimir unas 14 plazas de aparcamiento en la zona.
“La verdad es que estamos realmente molestos por cómo se está desarrollando el proyecto, desde el minuto uno hasta el final”, apunta Rodríguez Venancio, explicando que descubrieron el día 18 que se pretendían eliminar los mencionados espacios cuando un grupo de vecinos vio a los obreros intentando colocar en la calle A “unos bordillos” en el punto del vial donde deberían estar los estacionamientos. “En la reunión que tuvimos en agosto se nos garantizó que no se perdería ninguna plaza de aparcamiento y que, de hecho, se ganaría alguna nueva”, detalla.
Ante esta situación, afirma la presidenta, desde la AVV se pusieron en contacto con la Dirección General de Carreteras, que derivó a la entidad a la empresa adjudicataria que a su vez confirmó la supresión “por la configuración de la incorporación” al nuevo bulevar. Así, los vecinos se pusieron en contacto con el alcalde, José Manuel Rey, para que “presionase” a la Dirección de la obra y evitase la eliminación de espacios. La maniobra, apunta Mapi Rodríguez, fue efectiva y finalmente no solo no se eliminaron 14 plazas, sino que se habilitarán más, además de reservar cuatro para personas con movilidad reducida a lo largo de la calle –la petición inicial era de una para una familia de la zona que la necesita–. A esto se sumarían las futuras marquesinas de autobús, que gracias a la presión vecinal serán adaptadas.
Desde una perspectiva técnica, la última reunión sirvió para detallar las siguientes fases del proyecto que, como se esperaba –por factores como las fuertes lluvias registradas en noviembre de 2023– se extenderán más allá del presente mes de diciembre, fecha fijada inicialmente para la finalización de los trabajos.
Y es que, como explica la edila responsable del área de Urbanismo del Concello de Ferrol, Blanca García, las obras a día de hoy no cuentan con un horizonte temporal para su conclusión. “Fue una cuestión que se preguntó en la reunión, pero no nos dieron una fecha exacta porque depende de cosas como el tiempo”, apunta, aunque recordando que los responsables de las obras “sí se comprometieron a que el cierre que van a hacer ahora en la calle Nueva de Caranza para el próximo día 20 estaría abierto, así como el tramo hasta la carretera de Castilla”.
La idea, explica la arquitecta, es que el primer tramo, que contempla desde Porta Nova hasta la rotonda de la Trincheira, incluyendo la conexión de esta con el Diapasón, esté finalizado antes de Navidad, aunque posteriormente se cerrará durante un tiempo para los remates. El segundo tramo, que contempla todo el vial entre los barrios de Caranza y O Bertón, será el que lleve más tiempo y que concentrará los trabajos a partir de enero.
Respecto a la reunión en sí, la concejala valoró esta serie de encuentros periódicos, apuntando que “aparte de ir todos los implicados de las administraciones públicas también están viniendo los representantes vecinales afectados por las obras”. “En el barrio de Ultramar quedaron bastante descontentos porque entienden que no es la mejor época para cerrar justo antes de navidades por su impacto en el comercio local, además de que la gente no se cree ya que el día 20 vaya a estar terminado, porque cuando clausuraron el puente de la calle Nueva de Caranza estuvo la vía cerrada tres meses”, detalla, aunque se muestra confiada de que se cumplirá este compromiso, reafirmando que “nosotros vamos a estar encima para que no se pasen ni un día”.
No obstante, Blanca García incide en que, si bien el tiempo le dio la razón respecto a que los trabajos no estarían terminados en 2024, también es importante admitir el gran impulso que han tenido en los últimos meses y que los retrasos se debieron en gran parte a factores que no se pueden controlar o predecir, como las mencionadas lluvias de otoño de 2023.
Volviendo a los trabajos, a día de hoy se puede observar que las obras se están focalizando en tres frentes: por un lado, la rotonda de la calle Nueva de Caranza, cuya planta circular central ya está completada –salvo la zona verde interior– y preparada para la colocación de la capa inferior de hormigón y su posterior asfaltado. Por otro, el tramo que comprende desde esta glorieta hasta Porta Nova por el margen de Santa Comba también concentra una buena parte de las tareas, perfilándose el firme de cara a su apertura temporal durante las navidades. Por último, los trabajos continúan por el extremo de Caranza –concretamente entre la Trincheira y la conexión de Marqués de Santa Cruz con O Bertón–, aunque a menor ritmo, dado que toda esta parte del bulevar hasta su unión con la avenida do Mar será el epicentro de los trabajos a partir de enero.
Cabe señalar que el margen más próximo a Recimil del tramo de Porta Nova no parece que vaya a abrirse, dado que, al contrario que en Santa Comba, no se han retirado los montones de tierra acumulados en la calzada y que ya están cubiertos por una densa capa de vegetación. Así, aunque la apertura de esta carretera sigue siendo posible, el hecho de que no se haya limpiado con anterioridad, como sí sucedió a finales de verano en el sentido opuesto, parece indicar que no está en los planes de la empresa adjudicataria.
Asimismo, la reapertura durante los festejos del tramo más próximo a Ultramar responde a la necesidad de aliviar el tráfico rodado en el barrio, de modo que contarían con dos salidas desde Nueva de Caranza, en dirección a la carretera de Castilla y hacia la Trincheira, por lo que habilitar al mismo tiempo una nueva vía de entrada sería contraproducente.
Respecto a los planes de la Dirección General de Carreteras para después de las celebraciones navideñas, durante la reunión de la semana pasada se establecieron dos fases de actuación.
A partir del 13 de enero, como explicó Blanca García, volverá a cerrarse la rotonda de la calle Nueva de Caranza y el segmento hasta Porta Nova para realizar los remates de esta primera zona de la infraestructura. A esta clausura se sumará la de la glorieta que une Marqués de Santa Cruz, en Caranza, con Salvador Allende, en O Bertón. Como se recordará, esta infraestructura fue desarrollada en su momento de forma provisional para aliviar el tráfico de salida de la ciudad mientras no estaba operativo el “bypass” de Ultramar y permanecía clausurada la Trincheira. La idea era construir solo el primero de los dos carriles y más adelante ampliarlo, sin embargo, el tráfico de vehículos pesados dañó notablemente el firme, por lo que ahora la infraestructura deberá volver a construirse por completo.
Una vez terminada esta fase, a finales de febrero, se reabrirá tanto la rotonda de Caranza como todos los accesos desde esta hasta la carretera de Castilla, restando únicamente completar la humanización del tramo que discurre entre la mencionada conexión hasta la avenida do Mar. Asimismo, es importante recordar que, aunque se trata de un segmento no afectado por las obras, el que va desde el desvío de As Pías hacia A Gándara hasta Caranza seguirá clausurado hasta que concluyan los trabajos de la segunda zona del bulevar.