Si las fruterías son las que le dan colorido al mercado central de A Magdalena, A Estiba da Vella se lleva la palma. Detrás del mostrador nos recibe Isabel Lama, que lleva seis años al frente del negocio desde que se lo traspasó la que había sido su jefa durante los 13 anteriores, cuando le llegó la jubilación. Ahora, es su hermana la que le echa una mano en la ardua tarea diaria de las placeras.
El curioso nombre del puesto tiene que ver con la zona ubicada en la parroquia de San Xurxo donde las vendedoras que iban desde allí a la plaza de abastos amontonaban la mercancía que después pondrían a la venta en Ferrol. Una de aquellas mujeres era su abuela.
En A Estiba da Vella se encuentran “todos los productos de temporada, de cercanía, todo lo más cercano posible en cuanto a fruta o verdura”, explica Isabel, enumerando que ahora, con las temperaturas todavía muy bajas, “sale el grelo de Monfero, la judía, las coles de Bruselas, el repollo, empezamos con el guisante... Todo de aquí, a poder ser”, apostilla.
Y es que Isabel se esfuerza por “trabajar con proveedores de la comarca” en primer lugar, después “nos desplazamos por Galicia y, si no queda más remedio, compramos de Almería; pero normalmente es todo de por aquí”. Explica que son los proveedores quienes llegan a diario al mercado a ofrecer sus productos y los placeros escogen, suponiendo jornadas maratonianas.
“A las cinco ya venimos, escogemos la mercancía y, cuanto antes vengas, antes escoges. Compramos y luego a montar el puesto, porque esto todos los días se recoge”, relata. En su caso, suelen abrir de lunes a sábado, desde las 7.30 hasta las 14.00 o 14.30 “dependiendo del movimiento que haya”. ¿Y cómo se lleva ese día a día? “Pues, con mucha paciencia y teniendo mucho arte porque siempre hay que estar negociando, mirando los márgenes, y tratando con la gente”.