Los montes del Chá de Brión y Doniños, recientemente recuperados para uso y aprovechamiento de los comuneros, comenzarán a convertirse en un bosque autóctono en una de sus partes, gracias a una subvención solicitada y concedida por la Xunta para la plantación de unas 18 hectáreas de terreno, siete de las cuales se destinarán a pinar, con la plantación de unos 3.000 ejemplares de pinos del país –pinaster– y otras once a frondosas, desde abedules –unos 5.000– hasta 2.000 ejemplares de robles y castaños.
La Asociación de Comuneiros do Chá explica que se trata de comenzar a recuperar el valor medioambiental y económico del monte comunal y la idea pasa, de este modo, por llevar a cabo plantaciones escalonadas de pinos, que sirvan para contar con un remanente económico en el turno de corta de entre 30 y 35 años, y disponer de un área de frondosas caducifóleas que permitan recuperar el bosque autóctono “e que será o corazón do Chá”, explican desde la asociación.
Asimismo, se busca potenciar y recuperar el valor de las maderas nobles como el castaño o el roble, que tienen turnos de corta de entre 50 y 80 años pero que en países como Francia tienen un importante valor para emplearse en vigas de construcción, muebles o barricas de vino, entre otros usos. De ahí que se quiera potenciar esa madera ya que “somos demandantes de estes productos, que veñen de fora, e que antes producíamos nós”, explican.
La mentalidad “largoplacista” es la apuesta de los comuneros para “ver ao monte como parte da natureza” y no como un espacio para producir dinero cada 15 años, gestionado por multinacionales.
Los comuneros recuerdan que este monte llevaba casi 60 años sin que los vecinos pudiesen hacer un uso normalizado de él. Ahora, existen ya distintos proyectos y solicitudes de ayudas para desarrollar iniciativas de ordenación y uso, aunque los comuneros no ocultan su preocupación por proyectos especulativos como los macroparques eólicos que se plantean en la zona.
Los comuneros siguen reivindicando la propiedad del monte, ya que aunque se ha elaborado una ordenanza reguladora de estos espacios y se aprobó el usufructo para los vecinos de estas parroquias, la propiedad sigue siendo del Concello.