National Geographic muestra la magia y belleza del Camino Inglés

La publicación edita uno de sus números especiales centrado íntegramente en Galicia y sus numerosas rutas, entre ellas el Camino Inglés
National Geographic muestra la magia y belleza del Camino Inglés
Un grupo de peregrinos iniciando el Camino Inglés |J. Meis

El Camino Inglés está de moda, como lo está también la ciudad naval en los últimos años. Es un hecho que ya no sorprende a nadie que cada vez más gente opta por acercarse a conocer esta zona de la geografía gallega y alguna de sus potencialidades como la ruta de peregrinación a Compostela. Tal vez por eso publicaciones especializadas de la talla de National Geographic han puesto el foco una vez más en uno de los recursos turísticos de mayor impacto en el territorio como es el Camino de Santiago y, más específicamente, el Camino Inglés.


La publicación se rinde a la belleza, patrimonio, tradiciones, paisajes y sabores de Galicia proponiendo diferentes rutas, ya sean de interior, costeras, fluviales o religiosas. En este último punto destaca el Camino Inglés, “la más corta de las rutas jacobeas a Compostela... con un itinerario que surca un territorio de bosques, colinas y rías, moteado de pueblos medievales”, subrayan. 

 

En este especial destacan también “la belleza y extensión” de esta ruta, que la convierten “en una alternativa sencilla y muy asequible para llegar en menos de una semana a la tumba del santo”, destacan.


El reportaje, que se ilustra con una fotografía del buque Juan Sebastián Elcano entrando en la ría de Ferrol en la zona entre castillos, arranca en el puerto de la ciudad, donde inicia esta ruta de peregrinación, recordando los orígenes de la misma y cómo la contienda entre ingleses y franceses favoreció en los siglos XIV y XV, al impedirles a los británicos desembarcar en puertos bretones y normandos para dirigirse a Santiago utilizar una travesía marítima que los dejaba en Ferrol o A Coruña. “Se popularizó así una vía hacia la tumba del apóstol”, indican, que tomaría el nombre de Camino Inglés, en relación con la procedencia de los peregrinos.

 

 

 

 


Indican también que esta ruta, comparada con otras, tiene a su favor su corto recorrido, de 116 kilómetros. “Aquellos viajeros que ven en las peregrinaciones largas una prueba difícil de superar tienen en el Camino Inglés la medida exacta para saber si, en el futuro, pueden enfrentarse a retos mayores”, afirman.

 


Iniciada la ruta el cronista se detiene en la calle Real y sus negocios locales, se cita a la industria local y la presencia militar en la urbe y también se para en otro de los referentes de la ciudad, el barrio de Canido. “Hay que desplazarse hacia el lado montañoso de la ciudad e ir en busca del estupendo espectáculo visual de Las Meninas de Canido”, asevera. 

 

También se detiene el articulista en el Museo de Historia Natural, Caranza y sus “deliciosas calas” y su capilla, “que ofrece un balcón al grato océano”. El viajero de National Geographic también afirma que el inicio del Camino Inglés es “contranatura”, ya que, apunta, “se viaja hacia el norte, aun sabiendo que Santiago está hacia al sur... pero es que hay que bordear por completo la ría de Ferrol”.


La publicación se fija también en el monasterio de San Martiño de Xuvia; y se destaca también la alternativa de evitarse el rodear la ría cruzando por el puente de As Pías, algo que califica de “trampa” que lleva a que los “trileros” en cuestión “se pierden cosas buenas del viaje”, de ahí que invita a quienes caigan en el desánimo a realizar la ruta por donde corresponde. 


El reportaje no obvia nada, ni el magnolio de Xuvia ni tampoco el pan de Neda, que invita a probar. También menciona los molinos, el río Belelle y su majestuosa cascada (el reportaje se ilustra con varias fotos, una de ellas de la referida fervenza del Belelle, la villa eumesa y el parque de las Fragas do Eume, que no se menciona en el texto).


El reportaje no cita en cambio ni Fene ni Cabanas y vuelve a detenerse en Pontedeume, donde el cronista disfruta con el “espectáculo de la marea... parece que el río se haya vuelto loco y suba en lugar de bajar, en un ballet acuático de remolinos”. Sobre la villa, “con calles en cuesta y cuidadas casas, la vida bulle en torno a la Praza Real, el mercado, la Praza do Conce y el Torreón dos Andrade”. También invita al peregrino a situarse en una de las laderas de la villa para disfrutar del “monumental puente y una panorámica de la ría... y sus brumas, que por la tarde acechan”.


Partiendo hacia Betanzos, indica, “el caminante tiene la primera cata de lo que será, en términos generales, el Camino Inglés: Senderos solitarios y vías alquitranadas que unen aldeas. Se pisa mucho asfalto, pero se ven pocos humanos... quien quisiera soledad y cavilación, aquí la tiene”, afirma el cronista de National Geographic en esta excelente publicación.

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